Las principales familias del socialismo madrileño rompen a un mes del congreso

"Un tropiezo muy serio". Así definió ayer un destacado dirigente del grupo de renovadores por la base (que suma en torno al 20% de los apoyos en la Federación Socialista Madrileña) la ruptura de las negociaciones con el sector mayoritario en Madrid, encabezado por el guerrista José Acosta y que al menos reúne el 43% de los votos."Hemos roto las negociaciones porque los renovadores por la base, que son minoritarios, pretendían imponernos a su candidato, y eso no lo podemos admitir", resumía a mediodía uno de los principales responsables del sector guerrista en Madrid.

Este enfrentamiento traslada incertidumbre y tensión al congreso regional que los socialistas madrileños celebrarán el 24 de noviembre para cambiar de ejecutiva y de secretario general. Los viejos renovadores, encabezados por Jaime Lissavetzky, secretario general de la FSM desde 1994, han pasado a un segundo plano al ir perdiendo adhesiones en los últimos años.

Tantas, que en las elecciones de delegados para el último congreso federal obtuvieron menos poderes que los guerristas, que se unieron a los renovadores por la base. Esa unión parecía consolidada ante el próximo congreso regional de la FSM. Al menos así lo anunció el jefe de los renovadores por la base, Ignacio Díez, en una entrevista con este periódico. Pero ayer, esa sintonía entre renovadores por la base y guerristas saltó hecha añicos.

Los renovadores por la base, que apoyaron a José Luis Rodríguez Zapatero en el último congreso federal, replican a los guerristas: "Quieren imponer a su candidato porque son más y nosotros queremos un candidato de consenso, alguien que represente lo que es el 35º congreso federal del partido. No pueden poner como condición para la negociación que el secretario general sea de su lado".

Los guerristas contestan que es inasumible que un sector minoritario como el de los renovadores por la base ponga el nombre del futuro secretario general de la FSM. La intención de Acosta es ofrecer varias alternativas de candidato, siempre guerrista, al resto de los sectores.