Los sectores más poderosos del socialismo discrepan sobre el candidato

Más nombres

Los grupos de poder de la Federación Socialista Madrileña (FSM) que habían acordado pactar para evitar una batalla abierta en el próximo congreso regional, que se celebrará el 24 de noviembre, no se ponen de acuerdo sobre el candidato. Se han dado de plazo hasta el 2 de noviembre para consensuar el nombre del futuro secretario general de la FSM. Los acostistas, que aseguran contar con más del 40% de los apoyos; y los renovadores por la base, que mantienen que sus fuerzas superan el 20% de la FSM, no han sido capaces de encontrar un afiliado de consenso para la secretaria general. Uno de los principales dirigentes de la actual ejecutiva asegura que los acostistas, cuyo líder es el diputado nacional José Acosta, "están empeñados en que sea un hombre suyo el que encabece la próxima secretaría general". Pero tanto renovadores de la base como los renovadores (que han mandado hasta ahora en el partido) rechazan la propuesta. Los renovadores por la base han descartado como candidatos a los sugeridos por los acostistas: Pedro Sabando, actual portavoz del grupo en la Asamblea de Madrid, y Modesto Nolla, diputado regional y portavoz socialista en la Comisión de Urbanismo. El parlamentario Eduardo Tamayo, renovador por la base, carece del apoyo de los acostistas.

El último nombre que ha surgido es el de Juan Manuel Franco, secretario general de la Agrupación Socialista de Chamartín y diputado regional. Franco tiene de 43 años, es licenciado en Ciencias Matemáticas y funcionario de carrera. Sigue en la liza el concejal socialista, Rafael Simancas, al que apoyan significados guerristas, como Matilde Fernández, y renovadores con peso en la federación. Los renovadores de la base anuncian que, ante las dificultades para encontrar un candidato de consenso, sacarán "de la recámara" un nuevo nombre que corresponde a un catedrático. Aunque admiten la falta de experiencia de este candidato en "el aparato de la FSM". Dirigentes próximos a José Acosta reconocen que "la gente está nerviosa" y que, "como siga así la cosa, al final se obligará a José Acosta a presentarse. Sacará el 55% de los votos y todo se quedará como estaba: sin arreglar".