La selección, molesta con Olano
España tendrá sólo 12 ciclistas para defender el título de Freire por la "huida" del guipuzcoano
En Quiberon, una casi isla azotada por el viento y por el océano Atlántico, a 90 kilómetros del circuito donde mañana Óscar Freire, y la selección española, defenderá el maillot arcoiris ganado hace un año en Verona, un pequeño grupo se protege en un pequeño hotel. Es la docena de corredores que forman el equipo español. Son su seleccionador, Paco Antequera, el director técnico, Ángel Buenache, federativos, mecánicos y masajistas. Un grupo que se siente maltratado y traicionado. Una selección que podrían ser 13 y que se quedó en 12 el jueves por la noche por el abandono, la "huida", dirán algunos compañeros en voz baja, de Abraham Olano. Un abandono nocturno y sin aviso previo. "Se fue como un ladrón", dirá un técnico, también anónimo, de la selección. La marcha de Olano, de todas maneras, no es más que el último asunto que ha enturbiado la formación de la selección ciclista. Casos de dopaje, asuntos de celos, bajas formas, bodas y banquetes han tenido más peso en la selección de los corredores que la propia capacidad de los mismos. No es el mejor ambiente, evidentemente, que se puede desear en vísperas de uno de los compromisos más importantes de la temporada para el ciclismo español.Olano fracasó en la contrarreloj y se fue. Bajo de moral, dijo. Lo decidió nada más terminar su accidentada tentativa. Iba tan bien en la contrarreloj que Manolo Saiz, su director en el ONCE, Paco Antequera y el mecánico Faustino se quedaron de piedra cuando por radio Vuelta les llegó la nueva de que en el primer punto de kilometraje, en el 12, les informaron de que el guipuzcoano perdía casi medio minuto respecto del ganador final, el ucranio Gontchar. Luego, cuando en el 27, segundo cronometraje, les dijeron los oficiales de la radio del Mundial que ya iba el primero, con tres segundos sobre el alemán Michael Rich (finalmente segundo) y siete sobre Gontchar, Saiz, Antequera y Faustino dijeron: "Esto es otra cosa, esto ya cuadra". Sacaron los tres la cabeza por la ventanilla y jalearon a Olano. Vamos campeón que son tuyos y todo eso. En ésas estaban cuando sonó un teléfono, el móvil que un locutor de radio le había dejado a Antequera para conectar en directo durante la carrera. "Oye, que esto va mal, que perdéis 57s, que lo he visto por la tele", les dijo. "Que va, que va", le respondieron, "vamos los primeros". Discusiones. Otro ring. Buenache desde la meta. "Oye, perdemos 57s en el kilómetro 27". Era la verdad. A partir de ahí dejaron de darle referencias a Olano, que corrió los últimos 20 kilómetros a ciegas y mosqueado. "Si no me daban referencias quería decir que eran malas, y así lo pensé", explicó luego Olano. "Es que si se las damos, las verdaderas, después de haberle dicho que iba primero, le da una depresión, se baja de la bici y se mete en el coche", explica Antequera.
Olano, simplemente, retrasó su retirada. En el coche de vuelta al hotel dijo a Saiz y Antequera que no correría mañana y que se marchaba. Olano sólo tuvo tiempo de despedirse de Antequera. Los demás, presidente, Buenache y trabajadores del equipo, se enteraron cuando preguntaron por él. El resto de la selección, que acababa de aterrizar en Nantes, se cruzó con él en la autopista.
Como en 1998
No es la primera vez que Olano se retira de un Mundial unos días antes. En 1998, después de ganar el Mundial contrarreloj, también decidió no correr la carrera del domingo. "Debería haber seguido", fue el comentario de Freire. "Parece que 12 en lugar de 13 no es gran pérdida, pero Olano no es cualquiera".Sin Olano, sin Sevilla y Álvaro González de Galdeano, expedientados por dar positivo; sin Casero y Santos González, atacados por los celos; sin Txente García Acosta, que se casa y que no olvida que no le llevaron a los Juegos Olímpicos; sin Heras, cansado y aún festejando su Vuelta; sin Beloki, sin Mancebo, sin otros protagonistas españoles del año, el equipo español saldrá mañana dispuesto a repetir victoria. "Y que nadie critique a los que están", dice Antequera. "Son los mejores porque son los que se han sacrificado por estar". Espíritu de resistencia. Ambiente guerrero. Curiosamente, unas sensaciones les envuelven que recuerdan mucho a las que se tenían hace un año justamente, la víspera del triunfo de Freire.
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