"No tengo miedo porque estoy limpia"

Marion Jones no pudo evitar que una pizca de preocupación se asomase en el rostro, pero logró que la alegría dominase su imagen, a pesar de la acusación de dopaje contra su marido, C. J. Hunter. "No temo que me acusen de juego sucio porque quienes me conocen saben que estoy limpia", dijo la reina de la velocidad.Aunque su explosión de euforia no fue tan grande como cuando ganó el oro en los 100 metros, Jones volvió a lucir las banderas de EE UU y Belice, el país de su madre, dio la vuelta a la pista, atendió a los periodistas con su habilidad y simpatía habituales, y explicó así sus sentimientos cruzados: "Admito que no puedo celebrar esta medalla tan intensamente como otros atletas, porque para mí es sólo la segunda de las cinco que persigo. Pero también es la segunda vez que toco el oro olímpico, y estoy emocionada. No tengo palabras para explicar lo que se siente en lo alto de un podio ante más de 100.000 personas que te aclaman".

¿Y en cuanto a la presión psicológica? "Creo que puedo con ella porque he venido aquí para realizar mi gran sueño. Ciertamente, está siendo lo más dramático que podría ser. Pero me acuerdo de cuando mi madre invertía cuatro o cinco horas para llevarme a las competiciones de atletismo. Todo eso cuenta ahora, y no voy a permitir que nada me baje la moral". "Voy paso a paso", agregó Jones, "y el próximo es triunfar en longitud. Estoy muy contenta por haberme clasificado para la final con un solo intento. No lo había logrado nunca en pruebas importantes".

Mientras se cambiaba de calzado tras la final, la ucrania Pintúsevich le hizo un gesto de agotamiento, y Jones comentó: "A quienes dicen que los 400 metros son lo más duro del atletismo me gustaría verles después de correr dos carreras olímpicas de 200 en 90 minutos".