_
_
_
_
_
GIMNASIA Sydney 2000

Nemov, el nuevo zar

El gimnasta ruso se desquita de su derrota en Atlanta y logra su primer título olímpico

Alexéi Nemov es el nuevo zar de la gimnasia. En Atlanta sólo la rozó, pero ayer alcanzó la consagración. Su forma es espléndida y no podía fallar. Así que incluso se superó a sí mismo. Debía hacerlo porque el chino Wei Yang, el segundo, había logrado la mismo puntuación que él en la primera fase del concurso por equipos: 58,361 puntos. El elegante y potente Nemov ya mejoró en la final, con 58,423, pese a que los fallos de sus compañeros sólo llevaron a Rusia al tercer puesto del podio. Pero anoche todavía fue más allá: hasta 58,474. Ello supone una impresionante media: 9,745 por aparato. Su regularidad fue asombrosa. La tercera plaza, con 58,212, fue para el ucranio Oleksander Beresh, segundo el primer día, pero finalmente superado por Wang tras un intenso mano a mano.Omar Cortés fue el 26º; Víctor Cano, el 31º, y Alex Barrenechea, repescado como segundo reserva, el 34º. La única esperanza española está en las finales por aparatos y lo de ayer sólo era un relleno. Mucho mayor interés tendrá hoy la final individual femenina, en la que estarán otras tres españolas, pero la mirada volverá a dirigirse al suelo y, sobre todo, al salto de Esther Moya, que no debería tener problemas para seguir entre las diez primeras y asombrar en momentos concretos antes de la gran final por aparatos, en la que aspirará a una medalla. Laura Martínez, que no desentonará, y Sara Moro son sus compañeras en esta cita.

Lo que había que comprobar ayer era si Nemov seguía siendo un robot. Lo fue. Empezó con 9,787 puntos en la barra fija, la misma nota que el primer día -sólo bajó una décima en la final por equipos-. Con esa puntuación se puso ya en cabeza y no cedió. Simplemente, puso puntos de por medio: en su habitual exhibición sobre el suelo logró su tercer 9,800; en el caballo con arcos, con 9,775, bajó una minucia respecto a las jornadas previas; en anillas, en cambio, su peor aparato, el único en el que no es finalista, subió a 9,687...

Era el momento de ajustar aún más, pero la presión de Yang se hacía sentir. El chino logró 9,712 tanto en las anillas como en el salto, el siguiente aparato en el que Nemov tuvo su peor nota: 9,650, y recortó distancias. Pero la ventaja del ruso parecía suficiente si cumplía como suele en las paralelas. Y lo hizo: 9,775. Cuando clavó los pies en el suelo, sabía que su sueño estaba cumplido.

Nemov había perdido el título en Atlanta en el suelo, su gran especialidad. Necesitaba un 9,75 para ganar por una milésima y los nervios le atenazaron tanto que, como Gervasio Deferr el otro día, falló en una diagonal y se quedó en 9,70. Ayer, en Sydney, consiguió desquitarse.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_