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NATACIÓN Sydney 2000

La angustia de Moussambani

Un guineano compite cinco meses después de aprender a nadar

Santiago Segurola

De un balcón de la Villa Olímpica cuelga una bandera con una leyenda misteriosa: Eric the swimmer (Eric el nadador). Podría pensarse en cualquiera de los hombres que han acudido a Sydney a batir récords del mundo, pero se refiere a Eric Moussambani, protagonista de una carrera singular en la primera serie de 100 metros. El nadador de Guinea Ecuatorial se quedó solo, tras las descalificaciones por salidas falsas del nigeriano Karin Bare y del kazajo Farkhod Oripov. Lo que ocurrió a continuación levantó de sus asientos a las 18.000 personas que habían acudido a presenciar la jornada.Moussambani se lanzó al agua y comenzó a bracear como un aprendiz, las piernas verticales, la cabeza ladeándose a izquierda y derecha, la brazada atropellada del que se va a pique. Los espectadores primero se sorprendieron, luego se levantaron y finalmente animaron ruidosamente al guineano para que terminara su penosa aventura. Algunos encargados de la seguridad se preocuparon, dispuestos a lanzarse al agua para rescatar al naúfrago. Las brazadas cada vez se hacían más angustiosas, y el hombre apenas avanzaba. Hasta ayer nunca había nadado 100 metros. Y sólo hace cinco meses que comenzó a nadar, un mes antes de que se instituyera la Federación Guineana de Natación. Aclamado por el público, que valoró el esfuerzo de Moussambani como un ejemplo de superación en la vieja tradición olímpica, el nadador guineano dijo que era uno de los días más felices de su vida. Y añadió: "La gente podrá pensar lo que quiera, pero la repercusión de lo que he hecho servirá para que muchos organismos se den cuenta de las necesidades de mi país". Moussambani completó el hectómetro en 1.52,72 minutos, siete segundos más de los que ayer empleó Van den Hoogenband en nadar 200 metros.

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