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Sydney 2000

Goyeneche se convierte en el décimo miembro español en la historia del COI

Eran las cinco y media de la tarde (ocho y media de la mañana en España), una hora casi taurina, pero en Sydney. La 111ª Sesión del Comité Olímpico Internacional (COI) elegía como miembro a Alfredo Goyeneche, presidente del Comité Olímpico Español (COE). Se cubría así la baja del fallecido Carlos Ferrer Salat y se unía a los otros dos representantes españoles en el máximo organismo olímpico, el presidente Juan Antonio Samaranch, y la infanta Pilar de Borbón. Goyeneche es el décimo miembro español en toda la historia del COI.

Samaranch se refirió al término de la jornada a que se había "ganado la batalla del voto", pues se efectuaron hasta 28 votaciones individuales para entrar en la comisión ejecutiva y en el propio COI. La Sesión se reanudará el día 30, precisamente con la confirmación de los atletas que éstos mismos hayan elegido para ser miembros, y entre los que se presenta como candidato el gran capitán del waterpolo español, Manel Estiarte.Gonzalo Mejorada del Campo, marqués de Villamejor, fue el primer miembro español del COI. Elegido en 1902, ocupa el número 35 de la lista de todos los tiempos que encabeza el barón Pierre de Coubertin, el fundador en 1894, con el número uno. Cesó en sus funciones al fallecer en 1921. Los siguientes fueron Horacio Echevarrieta (1921-1923), el barón de Güell (1921-1954), el duque de Alba (1924-1927), el marqués Manuel de Pons (1928-1930), el conde Fernando Suárez de Varellano (1931-1952), Juan Antonio Samaranch (que entró en el COI en 1966), Carlos Ferrer (1985-1998) y Pilar de Borbón (elegida en 1996 como presidenta de la Federación Ecuestre Internacional).

Con la entrada ayer de 14 nuevos miembros, la mayoría como representantes de los Comités Olímpicos Nacionales (caso de Goyeneche) y de las Federaciones Internacionales, el COI suma ya 127 miembros y, sobre todo, tiene más peso y conocimiento deportivo. Con la nueva reforma tras el escándalo de corrupción de Salt Lake City (sede de los Juegos de Invierno de 2002), se acabaron las elecciones a dedo (cooptación) y los elegidos no son ya a título personal, sino con el aval de un trabajo anterior. La única queja de la comisión ejecutiva, en la que sí entró ayer la sueca Gunilla Lindberg, fue que ni federaciones ni comités hayan sido capaces de proponer a una sola mujer entre los 14 nuevos miembros elegidos.

El presidente del COE fue el tercero de los 14 en ser votado y obtuvo 72 sufragios a favor, 13 en contra y cinco abstenciones, el teórico octavo puesto, que no sirve para nada, porque eran candidaturas separadas. La mayoría requerida era de 43 y la consiguió sobradamente, pero se volvió a notar la envidia sajona, pues fueron aún más castigados el mexicano Rubén Acosta, presidente del voleibol, con sólo 56 votos, o el italiano Bruno Grandi, de la gimnasia, con 59. Goyeneche empató con el vicepresidente del comité chino Zaiqing Yu. Pero el menos votado, por su prepotencia y por los "sufrimientos" causados al COI por Salt Lake City, fue el presidente del Comité Olímpico de Estados Unidos, William Hybl, con sólo 55 votos, apenas 12 más que el corte. El más votado, en cambio, fue el legendario Kipchoge Keino, el primer atleta keniano campeón olímpico y actual presidente del comité de su país. Fue un premio al recuerdo. Los dos besos de Samaranch lo corroboraron.

Goyeneche pronunció el juramento protocolario en francés. En su texto, aparte de los obligados párrafos sobre trabajo y fidelidad al COI, destaca el de "permanecer ajeno a toda influencia política y comercial".

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