Gil pide perdón a la afición y Zambrano se proclama culpable
Lo que empezó como una metáfora se está convirtiendo en realidad, y bien sangrante. Eso sí, nadie podrá decir que se le ha engañado. Por el Vicente Calderón ya se siente el calor de ese "añito en el infierno" del que habla la publicidad del Atlético para captar nuevos abonados -y bien que ha funcionado, por cierto: ayer por la mañana el club llegaba a los 40.000-. Eso sí, de tanto abusar de la metáfora, a veces se incurre en paradojas, como le pasó ayer a Jesús Gil. El presidente del Atlético, confuso y dolido por la segunda derrota consecutiva de su equipo en Segunda, apeló a las alturas. "Esto clama al cielo", aseguró ayer. Gil, no obstante, reclamó calma. "Hay que reflexionar, pero hay que estar tranquilos. He hablado con los jugadores y les he dicho que mantengan la calma", aseguró el presidente rojiblanco, que también tuvo palabras para los seguidores del equipo. "Vuelvo a pedir paciencia a la afición y, sobre todo, perdón".Gil rechazó cuestionar la continuidad del entrenador, Fernando Zambrano, pero reconoció que el conjunto rojiblanco no había jugado un buen partido ante el Recreativo. "El equipo ha estado muy mal. Le falta velocidad, chispa. Se le exige como a un equipo de Primera, pero estamos en Segunda", explicó. Y añadió: "Hay tiempo por delante". Mientras Gil respaldaba la labor de Zambrano, el propio entrenador se declaraba culpable de la derrota y exculpaba a sus jugadores del mal resultado. "Yo tengo toda la culpa. Soy el máximo responsable y los jugadores no tienen culpa de nada, soy yo el que pierdo los partidos", afirmó el técnico. Según Zambrano, todos los males del equipo pasan por el "ansia de ganar un partido, y con ese ansia que tenemos no llega". Zambrano se refirió al clima en el vestuario tras las dos derrotas consecutivas: "Está jodido", admitió, "pero son hombres que se van a venir arriba. La única forma de sacar esto adelante es con trabajo y eso no faltará. El Recreativo sólo ha sido superior en el marcador y se ha encerrado muy bien". Salva, que fue expulsado al ver la segunda tarjeta amarilla por rematar un balón con la mano, explicó la acción. "Yo intento colar el gol con lo que sea. El árbitro ha de ser más listo. Sabe que por expulsarme a mí va a tener más repercusión en prensa al día siguiente". Sobre el ambiente tras la derrota explicó: "Nada ni nadie va a desestabilizar el buen ambiente que hay en la plantilla, que es lo que nos va a hacer salir adelante".
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