"A veces me tengo que morder la lengua"

El vestuario del Madrid vive momentos de incertidumbre. El papel del técnico, Vicente del Bosque, ha sido cuestionado por algunos jugadores. Quizá porque las decisiones en el fútbol tengan consecuencias más profundas que un balance contable. La venta de Redondo al Milan en julio pasado, por ejemplo. Fue una operación rentable que supuso un ingreso de 3.000 millones de pesetas a cambio de desprenderse de un veterano de 31 años. Pero también fue una transacción de consecuencias morales impredecibles que abrió un vacío. Se borró a un líder del mapa y el estupor entre sus compañeros provocó algunos roces. La unión de la plantilla se resintió y algunos se preguntaron por el papel de Del Bosque cuando el técnico debió bajar los brazos ante la marcha del capitán.El argentino no sólo era la máxima autoridad en el campo. Era el hombre de confianza del técnico y uno de sus más firmes defensores. Algo que Pérez no juzgó suficientemente relevante: lo traspasó y algunos jugadores se preguntaron por la lealtad de Del Bosque -"¿A quién se debe el míster, al vestuario o a Florentino?"-. Entre ellos, Raúl, el único amigo de Redondo y el futuro capitán. Según fuentes de la plantilla se dirigió a Del Bosque ante sus compañeros para recriminarle su pasividad, en Nyon, cuando la marcha de Redondo era un hecho. Ayer el diario Marca señaló que "un jugador de peso" le dijo al entrenador lo siguiente: "Míster, es una vergüenza que hayas permitido que vendan a Fernando, es vergonzoso, no puedes tragar como lo has hecho. ¿Qué pintas en el club? Ya lo hemos visto, nada. Así nos va a ir a todos contigo". A parte de Hierro -que mantenía una relación fría con Redondo-, sólo Raúl posee autoridad suficiente para plantear la cuestión de ese modo.

Ayer Del Bosque explicó que el concepto que se suele tener de un entrenador es erróneo: "¿Pero cómo no me voy a plegar a la decisión del club?. El entrenador no es el único que manda. Hay otros intereses válidos para el club. ¿Quién paga a los jugadores? ¿Quién los contrata? El entrenador no manda en todos lados. Dirige al equipo y participa en la búsqueda de jugadores para hacer una plantilla competitiva, pero tiene que trabajar en conjunto con el club... Hay veces que tienes que morderte la lengua".

McManaman y Litmanen

La situación de Steve McManaman abrió otra grieta. Marginado por razones económicas más que deportivas, apartado del equipo porque Pérez no quiere pagarle un sueldo de 800 millones anuales, el inglés no ha jugado ni un sólo partido desde la final de la Liga de Campeones. Otra vez, Del Bosque ejecutó la orden de la directiva con dignidad estoica y mandó al inglés a la grada. Los jugadores volvieron a sentirse indefensos. "A Macca, el míster le está haciendo la cama", proclamó un compañero. Ayer -un día después de la firma de Valdano como director general deportivo- McManaman fue inscrito en la Liga de Campeones, al igual que hizo el Barça con Litmanen.