Premios que dan gusto
Nacidos en Sevilla, con un año de diferencia, Antonio Ortiz (1947) y su socio, Antonio Cruz (1948) forman equipo desde 1971, el mismo año en el que salieron de la Escuela de Madrid. Moneo, que fue uno de sus maestros, calificó la arquitectura de ambos como "directa y realista". Esta similitud artística y su procedencia común dio lugar a que se hablara de una escuela sevillana, cosa que a Ortiz le cuesta asumir. "No creo en ese tipo de etiquetas, aunque haya algunos rasgos comunes. Pero lo que interesa es el talento individual dentro de un grupo".Estos dos amigos desde hace 30 años comparten, además de su pasión por Nabokov y el cine, un currículo que apabulla y una buena lista de premios: el Nacional de Arquitectura1993 por la estación de ferrocarril de Santa Justa en Sevilla; el Nacional de Arquitectura Deportiva 1999 por el estadio olímpico de Sevilla; medalla de oro de Andalucía al conjunto de su obra y finalistas del Premio Europa de Arquitectura Pabellón Mies van der Rohe 1990.
Cuando se le pregunta a este arquitecto de aspecto tranquilo qué se siente con los premios dice con igual flema que "dan mucho gusto".
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