Insólito desfile de cuadrillas

El gobierno del Distrito Federal está dividido en 16 delegaciones políticas que son como miniayuntamientos. El domingo 13, poco antes del sorteo, el jefe de la delegación Benito Juárez dio instrucciones al juez de plaza (presidente), Salvador Ochoa, de suspender la cuarta novillada de la temporada en la Monumental Plaza México, aunque días antes se había reseñado y aprobado el encierro de José J. Marrón Cajiga que se lidiaría.Como la autoridad responsable de la delegación Benito Juárez no informó oficialmente a la afición de la suspensión, surgió un gran malestar entre los aproximadamente 12.000 espectadores que a partir de las tres de la tarde (hora de México) entraron a los tendidos del coso. Los aficionados no quisieron abandonar sus asientos y exigían la celebración del espectáculo. Entonces, con toda solemnidad, las cuadrillas encabezadas por José Rubén Arroyo, Alberto Espinoza y Guillermo Veloz, El Pausado (que iba a actuar en esta temporada por tercera vez consecutiva) hicieron el paseíllo y al terminarlo acordaron que estaban dispuestos a torear. Sin embargo, el empresario Rafael Herrerías les contestó que él no violaría la ley. Ante esta atinada decisión del empresario, los toreros tomaron el acuerdo de realizar inmediatamente una manifestación de protesta frente al edificio de la delegación Benito Juárez. Y así se escenificó un hecho insólito e históricotaurino: novilleros, banderilleros, picadores en sus caballos -vestidos de luces-, monosabios, mulilleros, areneros, empresario, aficionados y público abandonaron el coso y se dirigieron a la delegación Benito Juárez a, aproximadamente, tres kilómetros de distancia, siendo ovacionados por los transeúntes de las avenidas Ángel Uraza y División del Norte. En la citada delegación, el empresario quiso presentar una denuncia.