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Gran Premio de Hungría

Hakkinen toma el mando

El piloto finlandés releva a Schumacher en el liderato del Mundial tras vencer en Hungría

Mike Hakkinenolvidó ayer su habitual frialdad ysaludó con los brazos desde lo alto del podio a cientos de seguidores finlandeseses que, enarbolando banderas azules con la cruz blanca, le felicitaban por su victoria. Quizá no era para menos. El piloto finlandés (McLaren) acababa de consumar una proeza: había ganado el Gran Premio de Hungría y se había convertido, poco tiempo después de estar en el pozo de la clasificación general, en el nuevo líder del Mundial de fórmula 1 desplazando a Michael Schumacher. El alemán fue ayer el gran derrotado: entró el segundo por la línea de meta y perdió el liderato que había amarrado durante todo el año. No fue el único perdedor: los Ferrari cedieron también el primer puesto en la clasificación de constructores a los McLaren-Mercedes, que dominan por un punto (112 frente a 111).Todo ha sucedido deprisa: Hakkinen ha recortado en dos meses los 24 puntos de ventaja que le llevaba Schumacher en el Gran Premio de Canadá y le ha dado un giro de 180 grados al Mundial. El finlandés suma ahora 64 puntos, frente a los 62 del alemán. Schumacher apareció ayer cariacontecido sobre el podio. Minutos antes, tras descender de su monoplaza, miró con curiosidad el coche de Hakkinen y el del británico David Coulthard (McLaren), que acabó entrando tercero. El alemán había logrado la pole position, pero le sirvió otra vez de poco. Hakkinen, que salía en tercera posición, se coló entre Schumacher y Coulthard, hizo un adelantamiento en la primera curva y de ahí ya no se movió. El circuito de Hungarorin tiene curvas muy cerradas -"es como Montecarlo, pero sin muros", lo describió Pedro de la Rosa- y es casi imposible adelantar. Posiblemente, en esos primeros segundos Hakkinen ganó la carrera.

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"Me pasó como en Alemania. Las ruedas me patinaron en exceso y perdí impulso, pero puedo estar contento con el segundo puesto", afirmó Schumacher resignado. "El coche no era suficientemente rápido en carrera, y aunque hubiese aguantado en la primera posición, creo que me habrían adelantado en el repostaje". Quizá no podía pedir más. Schumacher empezó arrollando esta temporada, pero en los últimas grandes premios había cedido demasiado ante sus rivales. El alemán ya no puntuó ni en Austria ni en Alemania, donde hace 15 días salvó el liderato gracias a la victoria de Rubens Barrichello, su compañero de equipo. Schumacher ganó ayer los primeros puntos -seis- en varias semanas. Ahora tendrá que empezar a pensar en Bélgica, la próxima prueba de la temporada, para recuperar el trono perdido.

La tristeza de Schumacher contrastó con la felicidad de Hakkinen. "Ya dije en Hockenheim que había hecho una salida fabulosa. Sin duda, la mejor de mi carrera. Y bien, aquí en Hungría, he conseguido la segunda", explicó un eufórico Hakkinen, que ya había bromeado el sábado con los problemas que tiene Schumacher en las líneas de salida. "Tanto Coulthard como yo estábamos muy cerca de Shumacher en la primera vuelta y lo hemos podido adelantar. Ha sido un final justo. Suele pasar en las carreras", dijo el finlandés, que sólo cedió el mando de la carrera a Coulthard, en las 77 vueltas que componen el circuito, cuando fue a repostar. Fue directo hasta la primera plaza del podio. Schumacher ya tuvo bastante con contener tras de sí a Coulthard.

El circuito de Hungarorin fue fatal para los intereses de los pilotos españoles. Marc Gené (Minardi) acabó penúltimo y Pedro de la Rosa (Arrows) último. No tuvo suerte De la Rosa: el canadiense Jaques Villeneuve intentó adelantarlo en la frenada de la chicane, en la primera vuelta, y se lo llevó por delante. Le pinchó una rueda y acabó en boxes. De la Rosa ya no se recuperó: tuvo que pelear constantemente con su monoplaza, que perdió estabilidad al quedar muy dañada la suspensión trasera del ala izquierda. El accidente hizo inútil su táctica: De la Rosa fue el único piloto que optó por los neumáticos más duros y esperaba hacer sólo una parada en boxes. Al final tuvo que hacer dos. "Villeneuve ha venido a disculparse. No pasa nada. Todos cometemos errores. Pero yo no he podido hacer más: era como conducir un coche sin chasis. Mi equipo me ha pedido que lo dejara, pero yo he querido seguir", explicó De la Rosa. Tampoco tuvo su día Gené, que fue sancionado con una parada extra de 10 segundos por no dejar adelantar cuando le mostraban las banderas azules. "Es la primera vez en dos años que me pasa algo así", se lamentó. "He tenido un problema con la radio y no he visto las banderas azules".

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