El esfuerzo económico para comprar una casa se redujo un 20% en la última década
El esfuerzo económico para adquirir una vivienda se redujo un 20% entre 1991 y 1998. Según el informe Vivienda y Familia, elaborado por la Fundación Argentaria, los españoles destinaban 4,35 veces su renta bruta media anual en la compra de una casa de 90 metros cuadrados en 1991, mientras que en 1998 era de 3,48 veces, lo que evidencia una ganancia de solvencia importante. El estudio toma como años de referencia 1991, pico del ciclo especulativo en el mercado residencial; 1995, año en el que se produjo una moderada recuperación de la demanda; y 1998, último año completo disponible en que se comenzaron a recuperar los precios a ritmos más intensos. La media de precios nacional tomada oscila entre 9,6 y 10,7 millones de pesetas de valor de una unidad residencial estándar.En Castilla-La Mancha, el esfuerzo económico para comprar una vivienda se redujo un 36,24% entre 1991 y 1998, al pasar de una inversión de 3,56 veces la renta anual bruta media en 1991, a 2,27 en 1998.
Por encima de la media, la solvencia de los compradores en Galicia también aumentó, al reducirse un 25,45% los recursos necesarios para adquirir una casa, por delante de Murcia y Madrid, donde bajaron un 23,34% y un 21,64%, respectivamente. Asturias igualó la media y el resto de las comunidades autónomas se encontraron por debajo, en particular Baleares (1,26%), País Vasco (2,17%) y Canarias (3,94%).
En 1998, los consumidores madrileños tenían que pagar 4,6 veces su renta media anual bruta para adquirir una residencia, seguidos por los catalanes (4,17), los canarios (4,15) y los vascos (4,06). Los más solventes en ese mismo año para comprar una casa fueron los castellano-manchegos, que necesitaban 2,27 veces sus ingresos anuales, por delante de los extremeños (2,38) y los murcianos (2,66).
Siete años antes, madrileños, catalanes, gallegos, castellano-leonenses, canarios y vascos eran los españoles que mayor proporción de desembolso debían hacer para hacerse con una casa, entre las 5,87 veces de renta bruta media anual de un habitante de Madrid y las 4,15 de uno del País Vasco. Navarros, riojanos y cántabros podían comprarse una vivienda con el salario bruto de un año.
