El equipo de Villalonga se resiste al relevo que planea el nuevo presidente de Telefónica
Las espadas están en alto en Telefónica. La salida de Juan Villalonga de la presidencia de la operadora ha creado una enorme tensión en los miembros de su antiguo equipo, que se resisten a ser sustituidos. El asunto ha derivado en una dura pugna con el nuevo presidente, César Alierta, y con buena parte de los mandos intermedios, descontentos con la gestión que se ha llevado con Villalonga y partidarios de la renovación. Alierta, proclive a una transición tranquila, prepara una completa remodelación del organigrama para el consejo del próximo 30 de agosto.
Villalonga intentó hasta el último minuto de su mandato en Telefónica que el consejo y, especialmente, el núcleo estable de accionistas (BBVA y La Caixa), se comprometiera a mantener a sus hombres de confianza en la compañía. Pretendía así que la guardia pretoriana cuidara sus secretos y evitara que el nuevo equipo gestor abriera una auditoría interna que pudiera poner en entredicho su profesionalidad. No fue posible. Los negociadores del núcleo duro -con Pedro Luis Uriarte, vicepresidente de Telefónica y del BBVA, al frente- no aceptaron. Alierta tiene todo el poder para hacer o deshacer el organigrama, aunque los accionistas de referencia le demandan un consejero delegado.La sustitución de Villalonga ha tenido el efecto contrario al que perseguía. Sus hombres, cuestionados dentro de la compañía y en el sector, se han quedado aislados en sus despachos. Entre los más señalados se encuentran Manuel García Durán, presidente de Telefónica Media y director general de relaciones institucionales, publicidad y comunicación, y Luis Martín de Bustamante, presidente de Telefónica Móviles. Al primero, procedente del mundo de la música y la publicidad, Villalonga le encomendó, sin éxito, rehacer los lazos con Presidencia del Gobierno después del escándalo de las stock options (opciones sobre acciones). Además, fue el encargado negociar los contratos de los periodistas José María García y Pepe Navarro, con los que Villalonga quería blindar su imagen. Todavía están sin cerrar.
Bustamante, traído de la filial Argentina por Villalonga, se convirtió en amigo fiel tras la marcha de quienes gozaron de su confianza en otros tiempos (Andrés Tejero, Juan Perea, Pedro Pérez, Javier Revuelta y otros).
Últimas reuniones
Bustamante y García Durán se reunieron, por separado, con Alierta el pasado viernes. El nuevo presidente, tras un breve repaso a los temas pendientes, les despidió deseándoles felices vacaciones. Alierta, a quien su colaboradores atribuyen un carácter "muy ejecutivo", no quiere que los cambios en el organigrama se interpreten como una revancha frente al modelo de gestión personalista y, en ocasiones, a espaldas del propio consejo de su antecesor. Sin embargo, en la compañía se da por hecho que habrá cambios y que afectarán, en primer término, a las áreas de móviles y medios de comunicación. Fuentes de la operadora señalan, sin embargo, que García Durán está dispuesto a resistir. De ahí los ataques a Alierta desde algunos medios internacionales y el enfrentamiento con Juan José Nieto, consejero delegado de Telefónica Media, a quien García Durán pretendió sustituir por una de sus estrechas colaboradoras provocando la intervención del núcleo duro. Las entidades han pedido a Nieto, artífice del saneamiento de Antena 3, que aguante hasta que Alierta complete el organigrama. Bustamante, en cambio, ha dejado que sus colaboradores se ocupen de la salida a Bolsa de Móviles, prevista para después del verano, y de la subasta de licencias en Alemania. No prevén su vuelta.Por ahora, Alierta sólo ha llevado a Telefónica a su secretaria en Altadis, la empresa que presidía, y al jefe de seguridad de la tabaquera para sustituir a Javier Temprana, un amigo personal de Bustamante. Alierta, consejero de Telefónica desde 1997 y de Terra, no se ha tomado vacaciones y pretende aprovechar agosto para conocer la realidad de la empresa. Su objetivo es presentar al consejo del día 30 una completa remodelación del organigrama que afectará también a Terra (Abel Linares), TPI-Páginas Amarillas (Belén Amatriaín) y las filiales latinoamericanas.
Fuentes de la compañía creen que Alierta se apoyará en un consejero delegado. Se baraja Luis Lada, responsable de Telefónica Móviles de España y uno de los hombres más respetados en la operadora y por el BBVA. Una de sus prioridades es sacar adelante la fusión de Terra con Lycos, operación que quiere dirigir él mismo y concluir en octubre. Ayer recibió un nuevo impulso al anunciar la compañía española que la ampliación de capital prevista en los acuerdos (396.000 millones de pesetas) concluirá en septiembre. En la operadora creen que el consejo de Terra previsto para el día 28 traerá cambios en la dirección. Telefónica ganó ayer un 0,57% en Bolsa y Terra se dejó otro 0,78%.
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