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Los 'barones' del PSOE renuncian a decantarse por un candidato por temor a verse luego desautorizados

Reunión en Sevilla

Ningún dirigente regional o provincial del PSOE quiere dar un patinazo político que le deje en evidencia entre los militantes, dada la ausencia de unidad de criterio entre los delegados respecto a cuál de los cuatro candidatos a secretario general prefieren. Esta situación se da con nitidez en federaciones importantes por el número de delegados o por su influencia política y cuyos responsables han decidido no apostar en público por ningún candidato, lo que sucede en Andalucía y en Cataluña. Los aspirantes al liderazgo coinciden en afirmar que el 35º Congreso será de los delegados y no de los dirigentes.El recuerdo de lo sucedido en las elecciones primarias, en las que la casi totalidad de los dirigentes trabajaron por la victoria de Joaquín Almunia y los militantes hicieron oídos sordos y votaron a José Borrell, explica en buena parte la cautela de los barones del PSOE. La heterogenidad en la intención de voto de los delegados a pesar del transcurso de los días, según perciben sus dirigentes, les aconseja guardar silencio, quizá hasta la víspera de que comience el congreso, el próximo día 21. Entre los propios secretarios provinciales tampoco hay partidarios claros, con algunas excepciones, de un determinado candidato.

Esta situación de cautela se puso de manifiesto en Andalucía en el curso de una reunión discreta celebrada en Sevilla, en la noche del pasado martes, a la que asistieron los ocho secretarios provinciales y otros políticos relevantes del PSOE andaluz. Tras las intervenciones, la conclusión fue que la federación andaluza no se pronunciará de momento por nadie. Asistentes a la reunión interpretan las intenciones de algunos de sus compañeros y hacen cábalas respecto a cuántos apoyan a José Bono, a José Luis Rodríguez Zapatero o a Rosa Díez. No citan a Matilde Fernández porque consideran que tendrá apoyos entre los delegados pero ninguno entre los secretarios provinciales andaluces.En esa misma reunión alguno de los dirigentes -en particular se cita a la secretaria provincial de Sevilla, Carmen Hermosín- llevó al ánimo de sus compañeros que Andalucía, con 287 de los 998 delegados que integran el congreso, tendría que asumir su responsabilidad y expresar su preferencia. "Sí, pero no ahora y no solos". Ésa fue la respuesta preeminente, por la convicción de que Andalucía debe ir acompañada por otras federaciones en la defensa de un candidato, si llega a producirse un cierto consenso. "Tanto la victoria como la derrota debe ser compartida por distintas federaciones", explicó un asistente a la reunión.

Los socialistas andaluces miran hacia Cataluña y Aragón como un posible eje inicial, para ampliarlo a otras federaciones. Los socialistas catalanes, sin embargo, están como los demás, indecisos respecto a qué candidato apoyar. La heterogeniedad de preferencias en la delegación catalana, como en otras, explica el silencio del presidente y del primer secretario del PSC, Pasqual Maragall y José Montilla, respectivamente. Sólo fueron explícitos en su preferencia por Chaves.

Éste mantiene silencio respecto a cuál es su candidato predilecto. El presidente de la Comisión Política no se decanta ni siquiera en privado, según indican los secretarios provinciales y regionales con los que se ha reunido durante esta semana -Aragón, Murcia y Baleares-. En los próximos días continuará la ronda de consultas con los demás dirigentes regionales para acordar las normas de elección del secretario general. Eso sí, no oculta su preocupación por que haya cuatro candidatos, ya que por pura aritmética ninguno de ellos obtendrá un respaldo sólido.

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