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Entrevista:CARMEN ROMERO | Diputada socialista

"No he sido nunca felipista"

Pregunta. ¿Por qué se niega a hablar del próximo congreso de su partido?Respuesta. Porque, como hay tanta gente que habla de lo mismo, ya me aburre.

P. ¿Tiene remedio el guirigay del PSOE?

R. Todo tiene remedio en la vida.

P. ¿Le gustaría una mujer para la secretaría general?

R. Me gustaría alguien que fuera capaz de afrontar esta situación y llevarla a buen término. Es una maravilla que en estos momentos el hecho de que sea mujer resulte irrelevante.

P. Traducido: no le gusta ninguna de las dos candidatas.

R. No he dicho eso.

P. ¿Pasaría una noche loca con alguno de los candidatos?

R. Con quien pasaría una noche loca no es candidato.

P. ¿Éste es el PSOE por el que luchó desde el principio?

Perfil

A sus 52 años, asegura que la expresión "ni títere ni estandarte", que un día se aplicó, es la que mejor la define. Políticamente correcta y deliberadamente críptica, se muestra propensa a la carcajada y se extraña de que pueda considerársela algo siesa. Disfruta con un café, unos amigos, un paseo o una película, y con sus domingos de "ama de casa y piernas por alto".

R. Sí. Ha tenido sus momentos buenos y malos, pero con la gente que se quiere se está incondicionalmente.

P. ¿Se sigue concediendo la lectura o la traducción de poesía como paliativo de sus males?

R. Me relajan las traducciones, no sólo de poesía, sino también de novela. Me relaja la literatura porque ha sido mi profesión inicial y mi pasión.

P. ¿Sus hijos son socialistas?

R. Tienen un sentimiento, más que una afiliación, de comprensión de lo que son las desigualdades. Creo que es un buen bagaje para el futuro.

P. Si alguno de ellos quisiera ser como papá, ¿tomaría usted medidas?

R. Me encantaría que en algunas cosas se parecieran a él, pero en otras, no, evidentemente. Querría que le imitaran en su pasión por defender las cosas en las que cree y en su curiosidad por todo lo que pueda ser interesante.

P. ¿Y si pretendieran parecerse a usted?

R. Me gustaría que cogieran mi pasión por la literatura, por las artes y, en general, por la vida.

P. ¿Qué época de su vida le parece más evocadora?

R. Pues quizá la juventud. Pero también ha habido otras que han sido ricas, como el periodo de La Moncloa, y el de diputada, en el que estoy trabajando en Cádiz.

P. ¿Existe un punto intermedio entre lo arisca que era usted con el protocolo y la gozosa entrega a la causa que hace Ana Botella?

R. No existe punto intermedio. Somos dos modelos distintos.

P. ¿Felipe González es lo más excelso que ha conocido en líder?

R. Eso es tanto como pensar que la persona con la que vives diariamente tiene una dimensión que no es real. No he sido nunca felipista.

P. ¿Cree justificada su fama de borde?

R. No sé qué quiere decir eso en mí...Yo soy muy, muy, muy afectuosa con muchísima gente, pero con algunas personas sí soy distante aposta. Aunque siempre mantengo las formas, porque pienso que la educación es fundamental.

P. ¿Le gusta parecer dura?

R. Me encantaría ser perversa [risas].

P. ¿Cuáles son sus cicatrices?

R. Ni me acuerdo.

P. Para ser usted profesora, aquello de "jóvenes y jóvenas" no fue un prodigio didáctico.

R. ¡Me encanta! El otro día escuchaba en la radio a una chica que suele hablar de gramática y decía edil-edila. A mí me sonaba raro, pero ella afirmaba que era correcto.

P. A veces da la impresión de que el PP coloca en cargos importantes a más mujeres que el PSOE. ¿Las enseña más o les moja a ustedes la oreja?

R. Han vivido una etapa posterior a la nuestra y han recogido lo que nosotros sembramos.

P. ¿Cómo siguen los bonsáis de su marido?

R. Ahora, en julio, con los vientos cálidos, en riesgo. Necesitan un mimo especial. Es el mes más peligroso.

P. Estuvo a punto de ser monja, actriz y concertista de guitarra. ¿Qué le debe su vocación política a ese cóctel?

R. Cuando se tienen 15 años, ¿qué no se quiere ser? Es como ahora las ONG. Me gustaba ir de misionera a Guinea, era la única manera de ir a explorar nuevos mundos, una forma de aventura. Después cambió la iconografía, pero sigue la misma aventura.

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