"Mi única religión es la interpretación"

Igual que existe la mujer, mujer, existe el actor, actor. O sea, un tipo cuya única senda en la vida es interpretar. Nancho Novo (A Coruña, 1958) es uno de ésos. Actor y director de teatro, de cine, de televisión, en series como Raquel busca su sitio, cantante y líder de un grupo de rock, tipo lúcido, trabajador y sarcástico, Novo participa en la última película del gran Miguel Littin, Tierra del Fuego, que abrió el pasado Festival de Cine de Málaga.Pregunta. Su personaje en Tierra del Fuego es muy simbólico. Un gaitero gallego enrolado en una cuadrilla de aventureros que marchan a buscar oro a un territorio donde no hay más que viento enloquecedor: y él saca música del viento.

Respuesta. Es muy metafórico. Yo quería desmontar el mito del gallego invasor. En aquella zona llegaba lo peor de la sociedad, los parias. Entre esos canallas, resulta que mi personaje es el único que toma contacto con los indígenas de allí y se hace uno de ellos.

P. ¿Sigue con su grupo de rock, Castigados sin postre?

R. El rock es mi válvula de escape: salgo al escenario, digo mis chorradas, canto mis canciones guarras y me lo paso muy bien con la gente. Si no fuera por eso estaría mucho más viejo.

P. Usted es uno de los que lideraron la escena teatral independiente de los años ochenta. ¿Qué hace aquel tío que interpretaba a yonquis y macarras en series como Raquel busca su sitio?

R. Al leer los los guiones pensé: este Manuel es un tonto del culo. Mi reto fue hacerlo humano. Ahora es el que menos se parece a Michael Landon y el único que deja ver los palominos de los gayumbos. También es una forma de distanciarme de la imagen de chupa de cuero y de ahondar en mis miserias. Quería que el espectador pensase de él: "¡joder qué mal se lo hace con las tías este hombre!" y enseguida reconociera: "le pasa igual que a mí".

P. ¿Cómo se consigue esa segunda mirada que tienen los de su generación de actores de teatro?

R. Controlar la técnica de rodaje se adquiere pero esa segunda mirada, ese estar de vuelta del que habla, viene de haber vivido e interpretado mucho. Mi religión es la interpretación: lo que me mueve a vivir y lo que me llevará a la tumba.

P. ¿Y nuevos proyectos?

R. He estado siendo un esclavo de la televisión. Doce horas de grabación diarias. Ahora vamos a hacer para septiembre, el Club de la Comedia pero en teatro. Iremos Tonino, Bermúdez, Florentino, Fuentes y yo, cada uno con un monólogo.

P. ¿Quiere opinar de El Gran Hermano?

R. Estaba cantado que iba a ser un pelotazo. Pero me parece penoso que haya gente inteligente que no pueda pasar sin dosis diaria, que conviertan en mitos a gentes de poca cultura que hacen el ridículo a diario