"Los consumidores ganarán con la mayor apertura del comercio"
El director general de la Asociación de Grandes Empresas de Distribución (Anged), Juan Arenas, considera que todas las fórmulas de comercio deben convivir en el futuro.Pregunta. ¿Qué ventajas e inconvenientes ve usted a la ampliación de los horarios comerciales?
Respuesta. Parece olvidarse que la ley complementaria de la ordenación del comercio minorista establece como principio general que cada comerciante podrá establecer con plena libertad y en todo el territorio nacional las horas y los días en que tiene abierto su negocio. En este sentido, las medidas tomadas por el Gobierno no hacen más que seguir el imperativo de la ley, cuya plena entrada en vigor se viene demorando con el fin de que la distribución en general pueda adaptarse sin traumas a este sistema. Es evidente que una mayor libertad será beneficiosa para un consumidor que ve que sus hábitos de compra deben adaptarse a un ritmo de vida cambiante.
P. ¿Es cierto que la Ley de Comercio de 1996 ha frenado la expansión de los hipermercados en cuanto a cuota de mercado?
R. No es fácil conocer con las estadísticas actuales la cuota de mercado de los distintos tipos de distribución. Lo que está claro es que la interpretación abusiva de la ley por parte de algunas comunidades les ha permitido convertirse en estrictas planificadoras del desarrollo de la distribución en sus territorios. Nos encontramos con uno de los sectores más intervenidos de nuestra economía, y ello es siempre causa de distorsiones que en última instancia tienen efectos negativos sobre el bolsillo y la satisfacción de los consumidores.
P. ¿Realmente están convencidos de que la mayor apertura de los comercios tendrá incidencia positiva en la inflación?
R. Parece una obviedad discutir en estos días si una mayor competencia y una mayor flexibilidad en los mercados pueden tener o no efecto en los precios. Todas las economías de los países desarrollados juegan a ultranza con la globalización y la liberalización de sus economías para luchar contra la inflación.
P. ¿Considera que la libertad de horarios hará desaparecer muchos comercios tradicionales?
R. El problema de una mayor o menor libertad de días de apertura del comercio no tiene nada que ver con un pretendido enfrentamiento entre la pequeña y la gran distribución. Tampoco es cierta la opinión de que sólo la dimensión garantiza el éxito o el fracaso de un proyecto empresarial.
P. ¿Qué repercusión puede tener la mayor apertura en los cascos antiguos de las ciudades?
R. Tampoco pienso que el problema de los cascos antiguos de las ciudades tenga que ver exclusivamente con la distribución. El coste de la vivienda o la seguridad ciudadana tienen tanta o mayor influencia en las decisiones de los ciudadanos que la existencia o no de determinados tipos de distribución.
P. A las grandes superficies se las acusa de imponer precios a los proveedores. ¿Qué puede decir a este respecto?
R. La necesidad de competir obliga a que las unidades tanto de producción como de distribución sean cada vez mayores. Esto es algo que se aprecia en todos los sectores de la economía y no es sólo atributo de la distribución. La fijación de precios depende de las leyes del mercado.
P. Ustedes se han mostrado abiertos a consensuar los nuevos horarios comerciales con el resto del sector. ¿Qué propuesta hacen de partida?
R. Nosotros hemos venido defendiendo a ultranza el diálogo entre los sectores de distribución y somos testigos del éxito de este planteamiento en comunidades como la de Madrid, donde el entendimiento es perfecto y donde la fórmula alcanzada es más flexible que las del resto de las comunidades y la más beneficiosa para los ciudadanos. Desgraciadamente, la postura de demonización seguida por algunos que se autoproclaman "defensores del pequeño comercio" y la posición de ciertas comunidades, para las cuales este tema entra en los aspectos relativos a las "cuotas de poder", dificultan este objetivo.
P. El pequeño comercio les acusa de haber instigado al Gobierno para forzar una ampliación de horarios comerciales antes de enero de 2001, como fija la Ley de Comercio de 1996. ¿Es esto cierto?
R. Me temo que nuestra capacidad de instigación es muy inferior a la que se presume. La posición de ciertas comunidades ha convertido el periodo de adaptación en un periodo de congelación.
P. España es un país con un buen nivel de apertura comercial en los festivos comparado con Europa. ¿Qué juicio le merece este dato?
R. La referencia a Europa no debe convertirse en justificación permanente para adoptar o no determinadas medidas. Hay sectores en los que España mantiene posiciones más liberalizadoras que otros países de la Unión, por ejemplo, en comunicaciones, y en otros no. Lo que es indudable es que todos los países saben que para competir es necesario liberalizar.
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