El peor adiós de Hagi

Fruto de la impotencia, de la incapacidad para voltear a la impenetrable Italia, el centrocampista rumano Gica Hagi, de 35 años, se despidió de los grandes torneos de la peor manera posible. No porque su equipo cayera en cuartos de final ante Italia el sábado en Bruselas (2-0). No. Lo peor fue que el día que cumplía 125 veces como internacional, le hizo una brutal entrada intencionada al italiano Antonio Conte, que regresó ayer a su país con una rotura de ligamentos en el tobillo derecho. Corría el minuto 54 cuando Hagi dejó caer su pie derecho, que pisó con saña el tobillo derecho del centrocampista italiano. La UEFA ha sancionado con un encuentro a Hagi, que ha anunciado que no volverá a jugar en la selección. Cumplirá, eso sí, el año que le queda en el Galatasaray turco, con el que ganó la pasada Copa de la UEFA.Atisbada la gravedad de la lesión de Conte, el mejor futbolista rumano de todos los tiempos acudió a disculparse al vestuario del jugador italiano. Paradójicamente, Hagi no fue expulsado por esa cruda acción sino por dejarse caer posteriormente en el área simulando un penalti. Hagi se fue llorando del campo, indignado por lo que consideró una actuación sectaria del árbitro, Melo Pereira. Entonces no sabía cuál sería la consecuencia de ese pisotón a Conte.

El centrocampista del Juventus, de 30 años, se marchó ayer a casa con el recuerdo de su precioso gol de chilena a Turquía, el primer tanto de Italia en el torneo por el que recibió, por cierto, más de 100 botellas de vino dulce de una compañía del sector. El fogoso Conte se convirtió en un jugador fundamental para el entramado conservador de Zoff y su puesto será ocupado en semifinales, el jueves ante Holanda en Amsterdam, por un futbolista del mismo corte: el interista Di Biagio. Otra baja crucial para los azurri sería la de Maldini, cuyas molestias musculares en el muslo pueden propiciar la entrada de Pessotto.

Curiosamente, Italia está a la cabeza de las selecciones más limpias de la Eurocopa, con tan sólo tres tarjetas amarillas recibidas en cuatro partidos. España navega en la mitad de la tabla de esta clasificación, con cinco amarillas, mientras Rumania está varada en la cola, con 10 amarillas y una roja, tan sólo superada por la aguerrida Yugoslavia (tres expulsados y ocho amonestados).

Rumania, en cualquier caso, ha aprendido en esta Eurocopa que puede vivir perfectamente sin su Maradona de los Cárpatos. Dejó de ser imprescindible, como se demostró con el 2-3 ante Inglaterra sin la presencia de Hagi. Han brotado nuevos talentos en Rumania, especialmente el lateral izquierdo del Ajax Chivu (19 años) y el delantero del Inter de Milán Mutu (21 años). Chivu, sobre todo, ha sido uno de los descubrimientos del torneo. Que se lo pregunten a Inglaterra, cuando Chivu no sólo secó a Beckham sino que cubrió la banda izquierda de chispazos atacantes.