Bajo la sombra de 'El Flaco'

Holanda y Yugoslavia se enfrentan hoy en Rotterdam (18.00) con el gesto torcido, con ambos equipos convulsionados, aunque por motivos muy diferentes. La fiesta holandesa ha sido alterada por Johan Cruyff, que ha arremetido contra el juego del equipo y ha lanzado una advertencia: "Las cosas no van tan bien como parece". El "profeta" también ha particularizado: "Bergkamp es débil; Kluivert, al margen de sus dos goles, no ha hecho nada; y Davids debería hablar menos con el árbitro, los rivales y sus compañeros, y jugar más, porque nunca entrega la pelota cuando la recupera". Bergkamp no ha tenido reparos en contestar: "Si Cruyff quiere ayudar, en vez de hablar con la prensa, que venga a la concentración y hable con nosotros, que nos explique a la cara nuestros errores. Quizá resulte que deberíamos jugar mejor y perder, no sé qué pensar". El capitán, Frank de Boer, ha subrayado que sólo admite críticas por parte de su entrenador. Y Davids ha puntualizado: "No siento el peso de la sombra de Cruyff, Neeskens, Krol o Gullit".En medio de la refriega entre Cruyff y los jugadores, la concentración holandesa también ha sido agitada por Clarence Seedorf. Suplente para Frank Rijkaard, el ex madridista ha declarado sentirse "infeliz". Con sólo 24 años, Seedorf, que ha jugado 50 partidos internacionales, se ha hundido al comprobar una encuesta realizada por una televisión holandesa al término del primer partido frente a la República Checa. El 80% de los encuestados se mostró en contra del actual jugador del Inter. "Soy holandés, pero no me siento aceptado por los holandeses", respondió lacónicamente el futbolista.

De cara al choque con los yugoslavos, el seleccionador holandés tiene prevista la vuelta de Van der Sar y de los dos laterales titulares, Reiziger y Van Bronckhorst, que no jugaron frente a Francia.

Yugoslavia, por su parte, se mantiene como el equipo más volcánico del campeonato. Es el conjunto con más expulsados -hoy no jugarán Jokanovic y Kezman por sanción y Djorovic por lesión-, su delegado ha tenido problemas policiales por un asunto de reventa de entradas, la UEFA le ha impuesto una multa de 120.000 francos suizos por los incidentes al término del encuentro con España y el pasado viernes por la noche al parecer la expedición se llevó un susto de muerte.

Una historia rocambolesca. La versión ofrecida por el jefe de seguridad del equipo, Kosta Vukovic, indicaba que en Edegen, al sur de Amberes, la policía belga había detenido a cinco jóvenes emigrantes croatas, encapuchados y con armas de fuego, que fueron descubiertos en las inmediaciones del hotel de Yugoslavia. El incidente se produjo hacia las 22.00, cuando una mujer que paseaba con su perro avisó a la policía al ver que cinco enmascarados salían armados de un coche con matrícula alemana, aparcado a unos 200 metros del hotel. Vukovic ordenó apagar las luces del hotel y enclaustró a los jugadores en una sala del primer piso. La policía llegó en diez minutos y detuvo a los cinco jóvenes. Los chicos declararon que estaban jugando a la guerra. Todo apunta a que así era. La inquietante y fílmica versión de Vukovic fue desmentida por el portavoz oficial de la policía de Amberes, Heik Cornelison: "Los chicos estaban jugando con armas de plástico, cuatro pistolas y una escopeta".