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EUROCOPA 2000

Ganar o ganar

España, de nuevo con cambios en la alineación, se juega su futuro ante Yugoslavia - A los balcánicos les basta el empate para pasar; a la selección, la igualada sólo le vale si Eslovenia vence a Noruega

Santiago Segurola

España se mide esta tarde a Yugoslavia con una escaso margen de maniobra. Le conviene ganar o ganar, necesidad que obliga a pensar en un equipo con gente de carácter, capaz de sobreponerse a la tensión que sin duda oprime a los jugadores. Yugoslavia sale con una ventaja sustancial: le vale el empate para entrar en los cuartos de final. El perfil de los futbolistas yugoslavos acentúa la dificultad para los españoles, que se medirán con un equipo respetable por calidad y por veteranía. Y con el factor añadido del exhaustivo conocimiento que tienen del fútbol español. Djukic, Jokanovic y Milosevic militan en nuestra Liga. Mijatovic se hizo el cartel en el Valencia y en el Madrid, lo mismo que Kovacevic en la Real Sociedad. Y a la cabeza de todos ellos figura el veterano seleccionador Vujadin Boskov, de viejo recuerdo en el Madrid y en el Zaragoza. Tradicionalmente, España ha sido tierra de promisión para el fútbol yugoslavo, de tal forma que el partido de hoy tiene un algo de familiaridad. De familia enfrentada, en este caso.Algunos datos observados en el entrenamiento de ayer obligan a pensar en nuevos cambios en el equipo. No hay certeza sobre los afectados. Se da por segura la titularidad de Sergi, jugador que no se caracteriza por su timidez. También le sobra experiencia después de dos Mundiales y una Eurocopa. Y por su velocidad puede resultar conveniente frente a un rival que ha perdido un punto de rapidez en los últimos años. El nombre de Helguera aparece en los pronósticos como compañero de Guardiola. Helguera ha triunfado en el Madrid como libre, especialmente en los partidos de la Copa de Europa. En el medio campo sólo se le recuerda su actuación estelar frente a Italia en el segundo partido de Camacho al frente de la selección. A primera vista, Helguera oficiaría de complemento defensivo de Guardiola, lo cual no es necesariamente positivo. Guardiola necesita referencias por delante y alguien que se incorpore desde el medio campo a la media punta. Valerón no lo ha hecho en ningún momento del campeonato. Y no parece que Helguera sea el intrépido centrocampista que se filtre entre las líneas rivales. En todo caso, una buena colaboración entre ambos será absolutamente decisiva para el buen destino de España en el partido.

Hay una sensación de búsqueda por parte de Camacho. Quiere encontrar la luz en medio del clima de ansiedad que ha atacado a la selección. El entrenador también ha sentido el golpe de un gran torneo. Nada de lo que ha sucedido le resta crédito por la excelente trayectoria anterior, pero da la impresión de que Camacho busca desesperadamente remedios para un equipo que ha decepcionado hasta el momento. No es la primera vez que un equipo remonta el vuelo en circunstancias críticas, y que la crecida acaba de forma insospechada en éxitos como el de Italia en el Mundial 82, o el de Alemania en la Eurocopa 92, donde se batió entre críticas constantes. En las circunstancias actuales, lo más deseable sería que Camacho hubiera sido capaz de detectar los problemas que han llevado a la selección a este delicado momento. Sería una pésima noticia que las soluciones del técnico no vinieran del análisis, sino de la corazonada. Porque cuando esto último sucede, generalmente los equipos están abocados al fracaso.

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