_
_
_
_
EUROCOPA 2000La selección

Las noches del goleador Milosevic

La confesada falta de sueño del jugador del Zaragoza no le impide ser el máximo realizador del torneo

Diego Torres

Las estrellas de la selección yugoslava tienen el andar pesado y la mirada suficiente. Entre todas, se lleva la palma el delantero centro Savo Milosevic, máximo goleador de la Eurocopa, junto al esloveno Zahovic, con tres tantos. Su porte de jugador de baloncesto y sus marcados rasgos caucásicos adornados con gafas de sol causaron impacto cuando asomó por la puerta del hotel de Yugoslavia acompañado por dos rubias de zancada rompedora. Debía comparecer ante la prensa. Así es que se despidió de las dos señoras, una de las cuales es su esposa, y acudió al encuentro de las cámaras.Despatarrado en un sillón de terciopelo rojo, sólo abrió la boca para interrumpir a su entrenador, pedir el micrófono, y despotricar contra Noruega. Vujadin Boskov, sentado junto a él, lo miró con simpatía. Luego, Milosevic manifestó su optimismo respecto al partido contra España. "Somos favoritos", proclamó. Y se marchó con aire soñoliento. "No quiero hablar más", dijo, al tiempo que daba una explicación irrefutable: "Necesito dormir la siesta porque no he pegado ojo en toda la noche". Nadie osó interponerse ante el delantero del Zaragoza después de semejantes argumentos.

Su cotización en la selección yugoslava ha subido como la espuma desde que marcó dos goles contra Eslovenia, remontando un partido imposible. Un encuentro que comenzó como suplente y terminó como héroe. La víctima fue el delantero del Juventus, Darko Kovacevic, relegado al banquillo. "Estábamos haciendo un partido vergonzoso", opinó después, y denunció que había un clima enrarecido en el equipo. Fue una catarsis que liberó al resto. En el siguiente encuentro, contra Noruega el domingo pasado, Milosevic marcó el gol de la victoria y su posición se reafirmó.

Parece que Milosevic, de 26 años, ejerce de pleno su derecho a recibir visitas. Algo habitual en la selección de Yugoslavia, en la que los jugadores disfrutan de la compañía de sus familiares cuando lo desean. "Lo que no está permitido es que duerman aquí con sus esposas", explicó un funcionario de la federación. Pero el control, en ciertos casos, parece laxo. Incluso en vísperas de un partido decisivo. Entonces, el voluminoso guardia jurado que custodia la entrada del hotel se hace a un lado y abre el paso. Como dijo ayer Jovan Stankovic: "Estamos más tranquilos que España. No tenemos tanta presión". De ello, da buena fe Milosevic.

Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_