Los padres de alumnos de Villaverde exigen a Educación más institutos de secundaria

Al grito de "no a los barracones", un millar de padres y alumnos de primaria del distrito de Villaverde se manifestaron ayer frente a la Consejería de Educación para exigir la ampliación de los institutos de secundaria que deben acoger, a partir de septiembre y por primera vez, a los niños mayores de 11 años. "No tenemos aulas, y la avalancha de niños va a ser de órdago", explicaba una madre. La consejería prometió a los representantes de los padres que "intentará" terminar las obras antes del inicio del curso. La marcha estaba autorizada por el delegado del Gobierno.

Hasta este año, los chavales de Villaverde permanecían en los colegios de primaria hasta los 14 años, para pasar después a los institutos. Pero el próximo curso entra en vigor en el distrito la ley que obliga a los niños a cursar la enseñanza secundaria obligatoria (ESO, de 12 a 16 años) íntegramente en los institutos, lo que significa que cerca de 700 chicos de 12 y 13 años se incorporarán a estos centros que, según los padres, "no están acondicionados, carecen de aulas suficientes y sólo pueden generar masificación". En Villaverde hay cuatro institutos que reciben alumnos de unos 15 colegios de primaria. De estos cuatro centros, "uno, el San Cristóbal, ya está saturado y muchos chavales dan las clases en barracones; otro, el Ciudad de los Ángeles, está tan masificado que los chicos, contra lo que dice la LOGSE, han tenido que dividirse en turnos de mañana y tarde; y un tercero, aún en construcción, el del Espinillo, ya está saturado antes de abrirse: hay 2.000 solicitudes y 1.500 plazas", explicaba ayer Isabel, de la asociación de vecinos del Espinillo.

Mientras decenas de chicos correteaban por la calle de Alcalá, cortada al tráfico por los manifestantes, y estiraban los brazos para hacer ver sus pancartas, ocho representantes de los padres se reunieron con el viceconsejero de Educación, Juan Carlos Doadrio, y el director general de Centros, Amador Sánchez. A la salida de la reunión, los ánimos de los padres eran ambiguos: la Consejería, que los recibirá de nuevo en julio, "intentará" finalizar las obras de ampliación ("prometidas hace más de tres años", dicen los afectados) antes de septiembre. "Pero tendremos que estar vigilantes", advertía uno de los padres. "Nuestros hijos no estudiarán en barracones".