Tottistas y pieristas
Zoff mantiene una vieja tradición italiana y no alinea juntos a sus dos estrellas
Cada cierto tiempo aparece en Italia un nuevo bambino, constituido inmediatamente en mesías del fútbol. Hubo un bambino original, Gianni Rivera, que estableció el canon en su debut con el Milan. En la mejor tradición del número 10, Rivera era un jugador singular por delicado e imaginativo. También se le advertía una fragilidad que le hacía más cautivador. La gente le adoraba. Sin embargo, con Rivera comenzó una curiosa trama en la selección italiana, donde uno más uno no suman dos. Desde hace más de 30 años, los sucesivos seleccionadores han dado que hablar con su dificultad para hacer un sitio a dos estrellas. Se entiende como tales a jugadores brillantes, centrocampistas creadores o ahora semidelanteros, caso de Totti y Del Piero, obligados a sufrir el mismo drama que Baggio padeció con Del Piero, o Rivera con Mazzola, por citar los precedentes más famosos.Totti y Del Piero no son Rivera y Mazzola, pero representan algo muy parecido. En el Mundial de México 70, el seleccionador Ferrucio Valcareggi se negó a aceptar las presiones de la crítica para alinear como titulares a Rivera y Mazzola. Sólo lo hicieron en una ocasión. Memorable, por cierto. En la semifinal, Italia derrotó a Alemania en la prórroga por cuatro goles a tres. Rivera, que no había disfrutado de la titularidad durante el torneo, tuvo una excelente actuación y marcó el gol de la victoria. Si Rivera era el centrocampista creativo, Mazzola era un jugador importantísimo por su zancada, por su sentido del gol y por su capacidad de arrastre. En la derrota frente a Brasil en la final, sólo jugó Mazzola. Aquel partido inauguró un conflicto que se ha prolongado en el tiempo.
En el Mundial de 1998, Del Piero y Baggio se disputaron un puesto en el equipo, ante la imposibilidad de jugar juntos. El joven Del Piero era la estrella emergente. El viejo Baggio se hacía querer por la gente. Había pasado su momento de esplendor, pero todavía podía dar lecciones en un equipo demasiado gris. Cesare Maldini decidió dar la titularidad a Del Piero, que aguantó mal la presión. En cambio, Roberto Baggio tuvo momentos espléndidos, naturalmente saludados con grandes titulares en la prensa.
Tampoco es probable que ocurra en la Eurocopa con Totti y Del Piero, que ahora cumple el papel que le tocó a Baggio en la Eurocopa. Después de una gravísima lesión de rodilla, Del Piero ha encontrado grandes dificultades para reencontrarse como jugador. Sólo marcaba goles en los lanzamientos de penalti. A la gente le importaba poco. En Del Piero se depositaba toda la fe. En Roma sucedía lo mismo con Totti, jugador magnífico, intermitente si se quiere, pero con unas características que no son corrientes actualmente en el fútbol italiano: brillante, habilidoso, con nariz para el gol. Con un problema: los entrenadores no le consideran un nueve y tampoco un diez. ¿Un nueve y medio? O sea, como Del Piero. Y claro, ya está el país dividido entre pieristas y
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