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Los sindicatos del sector público de Alemania convocan huelga para exigir aumentos salariales

Al canciller alemán, Gerhard Schröder, le explotó anoche el que amenza con ser su primer gran conflicto social desde que llegó al Gobierno. Los cuatro sindicatos del sector público aprobaron ir a la huelga en protesta por una oferta salarial que consideran insuficiente. Más de tres millones de maestros, policías y empleados públicos en general suspenderán sus actividades el martes que viene si antes no se logra un acuerdo. Los negociadores sindicales se mostraban dispuestos a aceptar un aumento del 1,8% este año y otro del 2,2% el que viene. Pero las bases prefirieron la huelga.

Los afiliados a los cuatro sindicatos de funcionarios públicos alemanes, ÖTV (servicios y transportes), DAG (empleados), GEW (educación e investigación) y GdP (policía), votaron masivamente a favor de la huelga, según anunciaron ayer jueves por la noche estas organizaciones sindicales.Los funcionarios afiliados al GEW y al GdP se pronunciaron a favor de la huelga con el 91% y el 90,8% de los votos respectivamente. El resultado de las votaciones celebradas en los dos principales sindicatos, el ÖTV y el DAG, fueron algo más bajos, un 76,02% y un 72,8%, justo por encima del nivel mínimo de votación necesario para convocar la huelga (75% en el primero y 70% en el segundo).

La huelga, primera que se llevaría a cabo desde 1992, podría comenzar el martes que viene, según dijeron los sindicatos. La consulta, que comenzó el lunes, finalizó ayer jueves al mediodía, aunque los resultados se conocieron ya entrada la noche.

El ministro del Interior del Gobierno rojiverde alemán, Otto Schilly, advirtió que la huelga no les serviría a los huelguistas para obtener un aumento salarial superior al que se les había ofrecido. La semana pasada, un comité de arbitraje había logrado una propuesta de acuerdo en la que coincidieron el Gobierno y la dirección de los sindicatos: 1,8% de aumento este año y un 2,2% el año que viene. La dirección sindical recomendó a sus afiliados que aprobasen la oferta, pero los delegados, que comenzaron a votar a principios de la semana, la han rechazado con toda rotundidad.

El conflicto pone en un compromiso al Gobierno de Schröder, embarcado en un plan de recortes fiscales que disminuye su capacidad de maniobra, y que alega que no puede aceptar las exigencias de los sindicatos (un 5%), sin poner en peligro la estabilidad financiera del país, los objetivos de reducción del déficit público y, por elevación, la solidez de la moneda única europea. Pero por otra parte, una prolongada huelga del sector público puede también dañar la popularidad del canciller Schröder, que atraviesa un buen momento debido, entre otras cosas, a la desorientación de la oposición democristiana tras la crisis y el escándalo que afectó al excanciller Helmut Kohl.

Además del incremento salarial, la movilización de los sindicatos tiene su origen en las desigualdades entre el oeste y el este del país. Los funcionarios de la ex RDA trabajan cuarenta horas semanales y perciben el 86,5% del salario de los del oeste, que trabajan 38,5 horas a la semana.

Equiparación

La oferta patronal rechazada por los sindicatos para los 3,1 millones de asalariados del sector, además de un aumento salarial del 1,8% con carácter retroactivo desde el 1 de abril de 2000 y una nueva subida del 2,2% ciento un año después, preveía otro aumento progresivo de los sueldos en la ex RDA, hasta alcanzar el 90% del nivel de sus compañeros occidentales de aquí a 2003.

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