Kucera cierra el paso a Agassi

París no será este año una fiesta americana. En tres días de torneo -el martes la jornada se suspendió por completo-, sólo un estadounidense de los 10 que entraron en el cuadro masculino ha logrado sobrevivir a las exigencias de la tierra batida. Primero cayó Pete Sampras, en su debú, y ayer Andre Agassi fue también eliminado, cerrando una brillante trayectoria de un año en los torneos del Grand Slam. El número uno mundial perdió frente al eslovaco Karol Kucera, 40º, que le endosó un contundente 6-0 en la cuarta y definitiva manga tras dos horas exactas de juego.El de Las Vegas llegó a París precedido por la aureola de ser el primer jugador desde Rod Laver (1969) que había disputado cuatro finales consecutivas del Grand Slam, y ganado tres de ellas (Roland Garros, Wimbledon , Open de EEUU de 1999 y Open de Australia de este año). Tal vez por ello, la bofetada que ayer recibió fue mucho más importante. Agassi abandonó la pista con cara de pocos amigos y luego se negó a acudir a la conferencia de prensa obligatoria y se largó al hotel. No le importó recibir una multa que puede alcanzar los 10.000 dólares (1.800.000 pesetas).

"No puedo hablar por Agassi", explicó Kucera, en su análisis posterior al partido, "pero es evidente que las cosas han cambiado a partir del segundo set. Hasta entonces, Agassi tenía el partido en sus manos. Después, yo comencé a encontrar mi ritmo y todo cambió". El estadounidense ganó la primera manga con claridad y sacó con 5-4 en la segunda para anotarse el set. Pero allí perdió el saque, y comenzó a sentir el peso del partido. "Por fin encontré mi juego", agregó Kucera, "y todo se fue desarrollando de forma muy rápida".

De golpe, Agassi pareció otro. No es que perdiera su agresividad, sino que de ir controlando los puntos comenzó a ser dominado en todos los terrenos. Las bolas de Kucera, que entrena con su compatriota Miroslav Mecir, fluían de su raqueta profundas y veloces, hasta desbordar al norteamericano. El campeón vigente, de 30 años, no encontró soluciones. Se fue yendo sin poder responder a los gritos de ánimo que le mandaban Steffi Graf, su novia y campeona del año pasado, y el público entregado desde la grada. Entonces comenzó a notar que le dolía el pie y pidió asistencia médica por una ampolla y una duricía (¡cómo era de grande!) en el pie derecho. Pero ahí no estaba el problema. Y eso no le evitó la derrota.

Fue la decepción más importante para una afición que ayer vio también cómo se esfumaba el sueño de ver, por fin, ganar a la rusa Ana Kurnikova (14ª cabeza de serie). Perdió ante la austriaca Sylvia Plischke en tres mangas.

El tenis español, en cambio, vivió una jornada brillante: colocó en tercera ronda a seis de los nueve que entraron en juego. Albert Costa acabó con todos los argumentos del argentino Hernan Gumy, que se retiró con dos mangas a una abajo por problemas en el muslo derecho. Portas, en el duelo fratricida, eliminó a Balcells en cuatro mangas. Serna venció a Brandi. Conchita y Arantxa (que se fue de la pista visiblemente enfadada con el público que la pitó injustamente) no estuvieron a su mejor nivel y agotaron los tres sets antes rivales muy inferiores. Y la gran triunfadora de la jornada fue la canaria Marta Marrero, de 17 años, que superó un déficit de 6-0 y 4-1, antes de eliminar a la belga Dominique Van Roost, 20ª mundial, por 7-5, 7-5 en las dos últimas mangas.

El día más feliz

"Empecé histérica", comentó Marrero, que ha ganado los campeonatos de España en todas las categorías de base pero que está entrando ahora en el circuito profesional, es la 107ª mundial. "Con 4-1 abajo en el segundo set, mi entrenador me dijo que levantara las bolas y me pusiera a correr. Y eso es lo que he hecho. Entonces todo ha cambiado". La canaria vivió el día más feliz de su vida y, entrando en la tercera ronda de un Grand Slam, hizo lo más importante de su incipiente carrera. "Además, ganar a Van Roost revaloriza mi victoria, puesto que ella había derrotado a Davenport el día anterior".