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Reportaje:

Adiós desde la cumbre

Àngels Piñol

"Hay que saber decir adiós". Cinco palabras para la despedida. Iñaki Urdangarín, de 32 años, confirmó ayer en la sala noble del palco del Camp Nou un secreto a voces: su retirada como jugador profesional y su marcha del Barça. El duque de Palma de Mallorca, que anunció su adiós acompañado de su esposa, la infanta Cristina, deja el deporte en activo para encarar su nueva vida profesional en el mundo de la empresa. Y se va en el momento en que está en la cumbre, ya que ningún jugador español de balonmano ha cosechado tantos éxitos como él: 52 títulos desde que ingresó en la plantilla profesional, con 19 años, hasta ahora, cuando acaba de completar un año perfecto ganando siete títulos de siete posibles. La junta del club quiere rendirle un último homenaje: del techo del Palau penderá una camiseta con su nombre que acompañará a las de los jugadores de baloncesto Epi y Andrés Jiménez.

Con puntualidad británica, a las seis en punto de la tarde, Iñaki Urdangarín entró en la sala acompañado del presidente del club, Josep Lluís Núñez; su entrenador, Valero Rivera, y Francesc Catot, el directivo de la sección. A la izquierda, con discreción, se sentaron la infanta Cristina; Ana, hermana de Iñaki, que reside en Barcelona, y David Barrufet, amigo del jugador y capitán del Barça. "Quiero comparecer para confirmar mi retirada en activo, aunque iré a los Juegos de Sidney si el seleccionador quiere", dijo el lateral en una intervención de unos diez minutos, con el soporte de unas notas que apenas miró. "Posiblemente es la decisión más difícil de mi vida por las circunstancias que me envuelven. Es una decisión muy meditada y consensuada con mi mujer y nuestras familias. Todo deportista quiere posponerla y mi caso no es una excepción".

No se va para ocultar ninguna lesión, ni por los actos oficiales a los que debe asistir por su condición de marido de la Infanta, ni por su segunda paternidad, ni por presiones sociales. Ante una colmena de cámaras y fotógrafos, Iñaki negó todas esas hipótesis surgidas en los últimos días, desde que la noticia fue avanzada el viernes por COM Ràdio. Quizá podría haber aguantado un par de años más como profesional, pero Iñaki dijo que era el día justo. "Hay que saber decir adiós. Éste es el mejor momento, el óptimo. Este equipo merece un nivel de competitividad y exigencia superior a lo que yo ya puedo dar. El Barça roza la perfección y mis circunstancias me lo hubieran puesto difícil. Tengo una edad y quiero pensar en mi futuro profesional , y lucharé para que esta nueva etapa sea tan exitosa como la que dejo. Necesito tiempo para formarme. Éste es el rol que deseo asumir".

Todo sucedió hace un mes. No era un momento fácil: el Barça había ganado su sexta Copa de Europa y se acababa de clasificar para jugar la final de la Liga Asobal ante el Portland San Antonio. Tras eliminar al Ademar León en semifinales, Iñaki reveló a Rivera su decisión. La mente ("tenía que hacerlo ahora", confesó) pudo más que el corazón: "Me encantaría seguir jugando porque este deporte y este club me lo han dado todo". Pero ya no había marcha atrás: jugó la final sabiendo que estaba a punto de convertirse en un aficionado más, como lo han sido en estos dos años la familia real y su esposa ("nuestra Infanta", la definió Núñez).

Iñaki, que había vivido en Barcelona de niño, abandonó Vitoria y regresó al Mediterráneo con 16 años para incorporarse al equipo juvenil. Ha pasado media vida en el Barça, donde tiene "muchos amigos". No se dejó a nadie en el tintero en la despedida. Repartió agradecimientos entre la directiva, Rivera y sus compañeros ("pude jugar con muchos de mis ídolos", dijo). Mencionó a Paco Seirul.lo, ahora preparador físico del primer equipo de fútbol, y al doctor Gutiérrez. Y recordó a sus padres, a su hermana, a la Infanta ("mi mejor confesora") y la comprensión de la familia real.

Algo le pesa. Dijo que le queda un "lunar" por no haberse podido despedir de la afición y que desea hacerlo "tal y como merece". Atrás quedan 6 Copas de Europa, 10 Ligas, 7 Copas del Rey, 9 Supercopas de España, 11 Ligas catalanas, 3 Copas Asobal, 2 Recopas, 4 Supercopas de Europa: 52 títulos con el Barça, además de los dos bronces de Atlanta y del último Europeo. No duda que pronto alguien (Barrufet, sin ir más lejos, suma 50) le superará. "¿Y ahora qué?", se le preguntó. "Pues ahora llega la fase de sufrimiento. Cuando estás lesionado y no puedes jugar sufres mucho. Pero intentaré dar lo mejor de mí y apoyaré a este equipo como merece".

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