Vidal-Beneyto defiende el Mediterráneo como espacio cultural intermedio
Los países del Norte asisten a un "crecimiento económico enorme", que no se ha traducido en la mejora de la "calidad de vida social"; al contrario, el proceso de mundialización, social y cultural, ha derivado en una "exclusión social" que afecta a cerca del 40% de la humanidad. Así lo expuso ayer José Vidal-Beneyto, director del Colegio de Estudios Europeos de la Sorbona, en el congreso inaugurado en el monasterio de Santa María de la Valldigna. Vidal-Beneyto defendió el carácter de espacio intermedio del Mediterráneo.
Éste fue el hilo argumental que centró ayer la exposición del presidente del Consejo Mediterráneo de la Cultura y director del Colegio de Estudios Europeos de la Sorbona, José Vidal-Beneyto, durante su intervención en el acto de apertura del congreso sobre patrimonio, comunicación y gestión cultural en el Mediterráneo, que desde ayer y hasta mañana se celebra en el monasterio de Santa María de la Valldigna.Vidal-Beneyto reflexionó sobre la disfunción entre la dimensión económica y social en la sociedad actual, y afirmó que la mundialización ha llevado a "la radicalización de las desigualdades sociales" y a una "pérdida de valores". Frente a esta situación cobran un papel primordial "los espacios intermedios", entendidos como "macroáreas" con capital cultural y social, entre los que destacó la Unión Europea y apuntó, como "posible marco emergente", los países del Mediterráneo. Este nuevo espacio mediterráneo, a pesar de que las diferencias entre sus países miembros son más grandes que entre las regiones europeas, "comparte parámetros diferenciales, pero no insalvables, que sería posible superar si se da un marco de interpretación común". "El Mediterráneo es una gran potencia cultural mundial, y uno de sus grandes déficits es la creación de capital social. Pero en este ámbito podemos crear un modelo de diversidad que haga conjugar las diferencias", sin olvidar, precisó Vidal Beneyto, sus nexos de unión y cooperación con Europa.
Por último, el secretario general de la Agencia Europea de Cultura abogó por el patrimonio como uno de los elementos capaces de superar las diferencias entre los países mediterráneos. "El patrimonio tiene que ser el vínculo más importante de una comunidad", manifestó.
Vidal-Beneyto abrió ayer las ponencias en torno al patrimonio y la gestión cultural que, durante tres días, expondrán personalidades políticas y culturales de 18 países del Mediterráneo. El encuentro, al que asisten cerca de 300 personas, contará asimismo con la presencia de los embajadores y comisionados culturales de Croacia, Grecia, Mónaco, Siria, Israel, Chipre, Malta y Jordania. Ayer, el acto inaugural estuvo presidido por la directora general de Promoción Cultural, Consuelo Ciscar, los embajadores de Chipre, Atenía Havronicola, y Malta, Aquilina Carmel, el rector de la Universidad Miguel Hernández de Elche, Jesús Rodríguez Marín, el secretario de la comisión Española de la Unesco, José Antonio de Mesa, y el alcalde de Simat, Vicente Palomares.
Consuelo Ciscar aprovechó el encuentro para anunciar la intención de la Generalitat de proponer a la Unesco que declare el monasterio cisterciense de la Valldigna como sede cultural de este foro internacional. La consejera recordó asimismo el pasado cultural de los países que conforman el marco mediterráneo, "cuya experiencia de mestizaje", dijo, "es ejemplo de cómo las dos riberas se abren al mundo", y destacó la necesidad de "revalorizar la herencia recibida" del pasado.
El congreso continuará hoy con la ponencia marco del coordinador del programa mediterráneo de la Unesco, Gerard de Puygmege. Asimismo, la jornada de hoy contará con la intervención del director del proyecto de la biblioteca de Alejandría, Mohsen Zahran, prevista para la primavera del próximo año. El filósofo y sociólogo Edgar Morin, clausurará mañana el encuentro con una disertación sobre el Mediterráneo como foco de cultura, historia y patrimonio común.
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