Estudiantes sigue soñando

ESTUDIANTES 74- REAL MADRID 67Estudiantes está a un paso de conseguir lo que supondría un hito en la ACB, remontar un 2-0 en contra. De momento, ya ha igualado la elimninatoria, que queda a expensas de lo que ocurra en el quinto partido. Los del Ramiro se impusieron en todos los frentes a un Madrid que aguantó con mayor o menor entereza hasta el mismo instante en que el pie de Herreros crujió de mala manera. Ahí se deshizo de manera espectacular y permitió a Estudiantes golpearle, no sin saña, y divertirse de lo lindo.Pero que conste que siendo la lesión de Herreros un hecho casi luctuoso en un equipo que le necesita como el comer, el equipo de Scariolo se ganó a pulso la derrota. El peor Madrid de los últimos tiempos se hizo presente, en todo su esplendor, durante los primeros instantes de partido, en los que manejó estadísticas tan sonrojantes como las que manejó al final. Las arrancadas de genio de tipos como Herreros o Struelens consiguieron que Estudiantes no cerrara el conflicto a las primeras de cambio, frente a un rival que manejaba un baloncesto enfermizo. La labor de Iturbe, un jugador que comienza a ser imparable en este Madrid, le permitió mantener el tipo y retrasar, y de qué manera, lo que visto lo visto hasta entonces parecía una derrota anunciada. Estudiantes tardó en imponer su ley, quizá porque Azofra tiene problemas cuando enfrente está Djordjevic. El serbio, que roza muchas veces la ilegalidad, es capaz de desquiciar al más templado de sus rivales y Azofra pareció, a ratos, más preocupado de platicar con los árbitros que de gobernar en un partido que siguió sin dueño hasta el descanso, al que se llegó con empate (32-32).

Pero en la reanudación, Estudiantes apretó en defensa y dejó que Vandiver se cansara de encestar. Estudiantes amenazaba de nuevo con fugarse (45-37), pero Djordjevic, con dos canastas consecutivas, impidió una escapada que se veía venir. Y que llegó. Porque Estudiantes comenzó a imponerse en el rebote de manera incontestable y el Madrid recibió el golpe más doloroso que este equipo puede recibir. Herreros amagó con lanzar un triple, dribló y ahí se rompió. Cayó al suelo, se echó las manos a su pie derecho e hizo señas evidentes a su banquillo de que allí se acababa su participación. "Me he roto" gritó, antes de ser llevado a la enfermería. Al final, el pronóstico es menos grave que la fractura temida. Sólo tiene afectados los ligamentos, pero hasta mañana no se sabrá si puede jugar el quinto partido.

Fue irse Herreros y conseguir Aísa un triple. Protestó Scariolo y los árbitros le castigaron con una técnico. Dos tiros libres convertidos y ahí estaba, en lo alto del marcador, una diferencia con pinta de definitiva (58-48). Se vio entonces al mejor Estudiantes, un equipo que tocaba con los dedos la posibilidad de seguir soñando, de llevar la eliminatoria al quinto partido. Con Herreros en el hospital, Estudiantes se agigantó. El Madrid no se sobrepuso al palo y se fue descaradamente del partido, inerme como estaba ante un rival al que se le ha puesto cara de héroe y que se está empachando, si no de buen baloncesto, sí de autoestima.