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El Tau fuerza el cuarto partido al derrotar al Barcelona

La defensa vitoriana y Foirest doblegan a un rival demasiado calmado

TAU VITORIA 77 / BARCELONA 72Pudo más el decoro del Tau por quedar bien ante su público y evitar el ridículo en las semifinales que las buenas intenciones del Barcelona por preparar la final de la Liga con antelación. Habrá un cuarto partido, mañana. Otra vez con los mismos protagonistas y las mismas aspiraciones: la del Tau, alargar un partido más la serie (de llegar a un quinto sería el último), la Barça, finiquitar una eliminatoria que, a pesar de todo, tiene casi amarrada.El resultado de ayer no esconde el desequilibrio de la pareja Tau-Barça. A los vitorianos les sobra talento y les falta nervio. Lo tienen, pero lo tensan muy de vez en cuando. En esos instantes es capaz de poner a su rival en tantos aprietos como hizo el Unicaja o más. El grupo de Aíto García Reneses tiene de todo. Tanto que su mayor enemigo es él mismo y su soberbia. Porque la presunta baja forma tras la Final a Cuatro de Salónica es falsa. Desde que Aíto manda en el Palau, el Barcelona casi siempre llega a los finales de Liga (en España, no tanto en Europa) con una velocidad más que el resto.

Tau Vitoria: Bennett (11), Espil (11), Esteller (8), Garbajosa (9) y Mills (14); Oberto (6), Foirest (16) y Corchiani (2)

Barcelona: Goldwire (3), De la Fuente (17), Gasol (4), Alston (14) y Rentzias (11); Dueñas (9), Gurovic (11), Navarro (8), Nacho Rodríguez (-), Elson (2) y Digbeu (-). Árbitros: Mitjana, De la Maza y Rosado. Eliminaron a Rentzias (m. 39). 9.300 espectadores en el Buesa Arena. El Barça gana 2-1. El cuarto partido será mañana en Vitoria (19.00, Canal +).

El tercer partido enseñó pocas novedades estructurales. A lo sumo, pequeños maquillajes en la fachada. Así, la presencia incial de Gasol y Espil, que se emparejaron pese a la abismal diferencia de estatura, intentó dar aire fresco a la semifinal. Pero poco cambió, salvo una sensación generalizada de desgana fruto de la situación. Al Barça, con su 2-0, le quedaba un colchón que invitaba a la calma. En el Tau flaqueó la fe. Por lo demás, poca novedad.

Los jugadores de Aíto no dejaron de castigar con los rebotes en el aro contrario, con su baloncesto coral -una vez y uno, otra vez otro-. El Tau, con su juego contradictorio de las últimas semanas. Su mejor línea, la de los jugadores bajos, se ha olvidado de lanzar desde lejos, mientras los altos aguantan el tipo.

El más interesado en entrar en una dimensión diferente a la de los dos partidos anteriores en el Palau Blaugrana fue Julio Lamas, el técnico baskonista. Con su defensa mixta hizo pensar a Aíto, que de primeras no acertó el jeroglífico. El asunto no pasó de la anécdota, porque en toda la primera parte no ocurrió nada irreparable. Porque nadie quiso hacer sobreesfuerzos. El Tau, porque tiene un espíritu intermitente y no supo aplicar su receta más repetida, el contragolpe. El Barça, porque no encontró un jugador referencial. Esta vez no surgió Navarro, ni Digbeu, ni Alston... El coro azulgrana sin solista pierde armonía.

Por una u otra razón, todo quedó a expensas de la segunda parte, que arrancó con un 39-38 muy justo. Entonces entraron en liza Sherron Mills, el jugador más valioso de las eliminatorias por el título, y Bennett, el imprescindible del Tau. El equipo vitoriano añadió defensa al partido, lo intensificó. El Barça no respondió, sólo su jugador más regular, De la Fuente. De hecho, él intentó que el choque derivara en un mano a mano entre él y Foirest. No lo consiguió.

En el Tau había más personal centrado en el partido de ayer. El Barcelona, una vez más, demostró que es todo tranquilidad en las derrotas como en las victorias. Por ahora, tiene motivos para la calma.

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