Gil y Antic se declaran en Segunda
El dueño del Atlético arremete contra la plantilla y dice que el técnico no seguirá tras el descensoEl dueño del Atlético arremete contra la plantilla y dice que el técnico no seguirá tras el descenso
En medio del caos que sucedió a la derrota, se descubrió la figura masiva del propietario del Atlético, Jesús Gil, que anunció que ya considera que el Atlético de Madrid desde ayer es un club descendido a Segunda División. "Hay que asumirlo, no nos salva ni un milagro", sentenció. Al poco le siguió el entrenador, Radomir Antic -a quien Gil dio por descartado para dirigir al equipo en Segunda-, que declaró que todo está perdido y que hay que ser "realistas". Gil subió las escaleras que provenían del vestuario con ganas de decir lo que le venía en mente, sin frenos. Se había enfrentado a los jugadores hacía un par de minutos. Aquella frase, más o menos extendida entre muchos jugadores del vestuario desde hace meses -"si descendemos, aquí no queda nadie"- encendió la mecha en el cerebro de Gil. Furioso ante una desbandada inminente, el presidente rojiblanco amenazó a los jugadores con castigos vagos: "Pobre de aquel que vaya de listo.Me voy a acordar de ellos y de sus familiares. De listos, ni uno. Muchos de los que están aquí no valen para jugar en Segunda. Muchos no han dado la talla. Ahora hay que hacer un equipo para descender".Gil se interpretó en su papel más genuino y brutal: "Al jugador que vaya de listo, intentándose aprovechar de esta situación, me cagaré en su puta madre (sic). Tenemos que asumir cada uno nuestra responsabilidad. Esto nos ocurre porque hemos hecho algo mal desde hace años. Vamos a empezar a trabajar en estas circunstancias y en esta ruina. Esta casa tiene que rehacer sus cimientos. Cogí al Atlético en la ruina y lo volveré a situar arriba".
Gil se refirió al entrenador, a quien considera un técnico inapropiado para dirigir al Atlético en Segunda debido a su contrato. Antic tiene previsto en el contrato que firmó con el adminsitrador judicial, Luis Manuel Rubí, hace un mes, ingresar cerca de 250 millones de pesetas en concepto de ficha para la próxima temporada. Gil lo dio por despedido: "Lógicamente a Antic en Segunda División no se le puede pagar ese dinero". Y el entrenador intentó enfriar el asunto, cuando se le preguntó por el particular en la sala de prensa: "En este momento estamos todos calientes. Por delante hay tiempo y hablaremos".
Sin poder levantarse
Antic dejó escapar por sus labios entrecerrados un disparo contra la plantilla, de la que considera abiertamente que carece de personalidad: "En el fútbol, quien no es capaz de levantarse en estos momentos igual no está preparado para esto".
Sobre el partido, el entrenador serbio reconoció abiertamente la superioridad del Barcelona: "Ha jugado mejor que nosotros. A nosotros no nos faltaron intenciones pero nos encontramos con un rival que supo perfectamente dominar el partido. Pusimos garra. Pero era difícil hacerles faltas porque basan su juego en el pase, no en los desplazamientos con balón.Cuando tienes un resultado adverso e intentas reaccionar pero el rival no te lo permite, entras en una dinámica de impotencia. Hasta hicimos muchas entradas violentas, lo que habla por sí mismo del estado anímico en que se encuentran los jugadores".
Sin Kluivert, sin Rivaldo, y sin Figo, el Barça fue superior para Antic: "Salió Figo pero entró Simao, y nos creó peligro con su velocidad. Todos tienen calidad. Después del gol de Sergi intentamos cambiar el resultado y arriesgar más pero no hubo fortuna y el Barcelona supo castigar nuestro atrevimiento".
Guardiola hizo y deshizo a gusto en el centro del campo del Barcelona. El Atlético se replegó. Aunque esto no fue lo que ordenó Antic, según sus palabras: "Nuestra intención no fue dejar libre a Guardiola, pero después del gol de Sergi no supimos posicionarnos en el campo y en el segundo y el tercer gol el Barcelona demostró que supo aprovecharse de esos espacios que le brindamos"
¿Y ahora qué? El futuro es breve para Antic: "A partir de ahora el entrenamiento, mañana a las 11.00 aquí, y a esperar. Tenemos el final de Copa [el 27 de mayo], para ofrecer algo, alguna alegría a los aficionados. Porque yo creo que una vez más se han ido decepcionados con todos. Con el entrenador y con los jugadores. Ninguno hemos estado a la altura de este club".
Hasta la afición tira la toalla Los seguidores animaron al principio y acabaron llamando mercenarios a los jugadores
Llovió sobre Madrid y el Calderón se quedó con un hueco de unos 6.000 asientos vacíos. Pero los 50.000 aficionados del Atlético que casi inundaron el Manzanares vociferaron como si fuera la última vez que fueran a ver a los jugadores rojiblancos salir del túnel de vestuarios para jugar un partido crucial. Un mosaico de bandas rojiblancas de treinta metros se elevó hasta los baluartes del último anillo del estadio. En el mismo fondo sur, el Frente Atlético sacudió pancartas azules, cerrando la composición de un escudo gigante. Los mismos hinchas arreciaron al Barcelona con pitidos cuando saltó al campo. Era cuestión de amedrentar a un enemigo al que se suponía con sed de revancha después del 3-0 que recibió hace 20 días en el mismo escenario, en la Copa. Cuarenta minutos más tarde, los mismos aficionados rojiblancos enmudecieron debajo de sus paraguas. Y en el minuto 90 el grito era unánime en las 40.000 gargantas que se quedaron para ver el derrumbe hasta el final: "¡Jugadores mercenarios, jugadores mercenarios!".Después del primer gol del Barcelona, el de Sergi, el estadio se sumió en un silencio espectral bajo la llovizna, el humo de los petardos y las luces de los reflectores de mercurio. "Nunca estarás solo", rezaba una pancarta a lo largo de todo el gol sur. Pero por unos momentos, los hinchas debieron sentirse abandonados. Y pitaron a los suyos. Incluso pitaron a Kiko. Pitaron al emblema. Y pitaron a Antic de forma indirecta, reclamando la presencia de un hombre al que el entrenador serbio ha dado la espalda: "¡Hugo Leal!, ¡Hugo Leal...!". Fue un golpe a Antic. Si hace unas semanas el serbio recibía los cánticos del "¡Radomir te quiero!" como un héroe en el Manzanares, ayer muchos optaron por insultarle. O le pitaron a discreción, como a Valerón y Gamarra, los peores librados.Lo cierto es que Kiko, al igual que Valerón, vieron pasar el balón con desasosiego. Apenas participaron en la presión. Dejaron solo a Guardiola hacer de las suyas. El capitán azulgrana mandó el balón donde quiso y como quiso sin demasiados obstáculos por parte del rival. El Barcelona tuvo tres cuartos de campo para tocar con libertad y acercarse al área del Atlético, que cumplió a rajatabla la consigna táctica. "Vamos a jugar al contragolpe", avisó Aguilera el viernes. Y así jugó el Atlético, olvidando que el Barcelona remató a quienes como el Fiorentina o el Chelsea se atrincheraron en su campo. El Atlético ni siquiera supo aprovechar la ventaja que tuvo al jugar contra un Barça que no sólo no contó con Rivaldo y Kluivert. Figo sufrió una contractura en el primer tiempo y se retiró.
Gil y Antic se declaran en Segunda
En medio del caos que sucedió a la derrota, se descubrió la figura masiva del propietario del Atlético, Jesús Gil, que anunció que ya considera que el Atlético de Madrid desde ayer es un club descendido a Segunda División. "Hay que asumirlo, no nos salva ni un milagro", sentenció. Al poco le siguió el entrenador, Radomir Antic -a quien Gil dio por descartado para dirigir al equipo en Segunda-, que declaró que todo está perdido y que hay que ser "realistas". Gil subió las escaleras que provenían del vestuario con ganas de decir lo que le venía en mente, sin frenos. Se había enfrentado a los jugadores hacía un par de minutos. Aquella frase, más o menos extendida entre muchos jugadores del vestuario desde hace meses -"si descendemos, aquí no queda nadie"- encendió la mecha en el cerebro de Gil. Furioso ante una desbandada inminente, el presidente rojiblanco amenazó a los jugadores con castigos vagos: "Pobre de aquel que vaya de listo.Me voy a acordar de ellos y de sus familiares. De listos, ni uno. Muchos de los que están aquí no valen para jugar en Segunda. Muchos no han dado la talla. Ahora hay que hacer un equipo para descender".Gil se interpretó en su papel más genuino y brutal: "Al jugador que vaya de listo, intentándose aprovechar de esta situación, me cagaré en su puta madre (sic). Tenemos que asumir cada uno nuestra responsabilidad. Esto nos ocurre porque hemos hecho algo mal desde hace años. Vamos a empezar a trabajar en estas circunstancias y en esta ruina. Esta casa tiene que rehacer sus cimientos. Cogí al Atlético en la ruina y lo volveré a situar arriba".Gil se refirió al entrenador, a quien considera un técnico inapropiado para dirigir al Atlético en Segunda debido a su contrato. Antic tiene previsto en el contrato que firmó con el adminsitrador judicial, Luis Manuel Rubí, hace un mes, ingresar cerca de 250 millones de pesetas en concepto de ficha para la próxima temporada. Gil lo dio por despedido: "Lógicamente a Antic en Segunda División no se le puede pagar ese dinero". Y el entrenador intentó enfriar el asunto, cuando se le preguntó por el particular en la sala de prensa: "En este momento estamos todos calientes. Por delante hay tiempo y hablaremos".Sin poder levantarse Antic dejó escapar por sus labios entrecerrados un disparo contra la plantilla, de la que considera abiertamente que carece de personalidad: "En el fútbol, quien no es capaz de levantarse en estos momentos igual no está preparado para esto".Sobre el partido, el entrenador serbio reconoció abiertamente la superioridad del Barcelona: "Ha jugado mejor que nosotros. A nosotros no nos faltaron intenciones pero nos encontramos con un rival que supo perfectamente dominar el partido. Pusimos garra. Pero era difícil hacerles faltas porque basan su juego en el pase, no en los desplazamientos con balón.Cuando tienes un resultado adverso e intentas reaccionar pero el rival no te lo permite, entras en una dinámica de impotencia. Hasta hicimos muchas entradas violentas, lo que habla por sí mismo del estado anímico en que se encuentran los jugadores".Sin Kluivert, sin Rivaldo, y sin Figo, el Barça fue superior para Antic: "Salió Figo pero entró Simao, y nos creó peligro con su velocidad. Todos tienen calidad. Después del gol de Sergi intentamos cambiar el resultado y arriesgar más pero no hubo fortuna y el Barcelona supo castigar nuestro atrevimiento".Guardiola hizo y deshizo a gusto en el centro del campo del Barcelona. El Atlético se replegó. Aunque esto no fue lo que ordenó Antic, según sus palabras: "Nuestra intención no fue dejar libre a Guardiola, pero después del gol de Sergi no supimos posicionarnos en el campo y en el segundo y el tercer gol el Barcelona demostró que supo aprovecharse de esos espacios que le brindamos"¿Y ahora qué? El futuro es breve para Antic: "A partir de ahora el entrenamiento, mañana a las 11.00 aquí, y a esperar. Tenemos el final de Copa [el 27 de mayo], para ofrecer algo, alguna alegría a los aficionados. Porque yo creo que una vez más se han ido decepcionados con todos. Con el entrenador y con los jugadores. Ninguno hemos estado a la altura de este club".
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