Feria Valencia estudia acoger en su nuevo recinto la Pasarela del Carmen

El overbooking en el acto de clausura de la segunda edición de la Pasarela del Carmen, anoche, es la imagen más gráfica de que el espacio del centro se queda pequeño. Máxime cuando el próximo objetivo persigue implicar al sector industrial en la promoción y comercialización del nuevo diseño valenciano. El proyecto de ampliación se ha concretado en conversaciones con la nueva directora de la Feria de Valencia, Belén Juste, y la organización de la Pasarela, que dirige Josep Lozano.

La Feria de Valencia ha lanzado una oferta a la Pasarela del Carmen para que en futuras ediciones se celebre en el nuevo recinto. La institución ferial, que este año ha patrocinado el evento, quiere que el espacio valenciano sea parte de la ampliación de la oferta de certámenes anunciada por el nuevo equipo de la feria. Aunque de momento no hay una posición firme por parte de los organizadores, la propuesta daría el enfoque empresarial que necesita la Pasarela, que ayer cerró su segunda edición con una reflexión sobre la ausencia de la industria valenciana. Y que encaja, además, en la remodelación de Feria Valencia, que contempla un nuevo foro de 12.000 metros cuadrados, cuya finalidad serán los desfiles de moda y otros actos singulares. En la actualidad, la institución ferial celebra, con carácter bianual, la Feria Internacional de Moda Infantil (FIMI), que organiza unos desfiles de este sector de gran reputación en todo el mundo. Esto implicaría un giro significativo encaminado a consolidar una pasalera más comercial estilo Gaudí, donde los diseñadores tienen sus propios exhibidores.La segunda edición de la pasarela se clausuró anoche con la sobredosis de apoteosis que inyectó la presentación de la colección de otoño-invierno 2001 del emblemático diseñador valenciano Francis Montesinos. El diseñador propuso un sugerente vestuario de punto con largas faldas descolgadas de lana, perlé, punto, cubiertas con envolventes ponchos chilabas para mujer y trajes para hombre de punto de lana gris, acabados con los ya clásicos botones firmados con la "M". Todo abrazado por grandes pañoletas de seda y enormes chals y el clásico bandós que identifica el peinado de Alicia Alonso. Aunque, sin duda, lo más esperado fue el homenaje de Montesinos a la puesta en escena por el Ballet Nacional de Cuba, del Lago de los cisnes, que se presentará este verano en La Habana y en otoño en Valencia. Inspirado en el clásico de Tchaikovsky, Montesinos ha pensado en un suave vestuario de gasa adornado de un poncho de red de tela de araña, que recreó la bailarina María Jiménez.

Por su parte, el Premio Saloni al mejor diseño, que está en fase de consolidarse, no contó ayer con la unanimidad del año pasado. La propuesta de la firma de Javier Albiñana Citric se llevó ayer un premio en cerrada competencia con otras dos propuestas.