Un joven muere y otro se halla en coma por inhalar el humo de un coche en un garaje
La noche de fiesta acabó en tragedia. Un joven falleció, otro se halla en coma y tres más resultaron intoxicados por la inhalación de los gases del tubo de escape de un coche aparcado dentro de un garaje, en una urbanización de Villalbilla. Los cinco amigos quisieron alargar su noche de copas y, ya de mañana, se pusieron a escuchar música en el garaje con la puerta cerrada porque en la casa no había radio. "No nos dimos cuenta del humo, pero de repente nos empezamos a marear", explicó uno de ellos en el hospital Príncipe de Asturias, de Alcalá de Henares.
Miguel Ángel C. L., de 24 años; Francisco E. B., de 18; Salvador I. R., de 18; Enrique S. T., de 18, y Manuel D. H., de 19, son cinco amigos del barrio de Canillas, en el distrito de Hortaleza, de Madrid. El sábado por la noche quedaron para salir a tomar copas. Se pasaron toda la madrugada de marcha. Ya por la mañana acordaron dirigirse al chalé del hermano mayor de Miguel Ángel, Manuel. Éste le había dejado las llaves del domicilio a su hermano menor para que pasara el fin de semana, según explicaron ayer varios vecinos de la zona.El chalé está en la calle de Taifas, número 31, en la pedanía de Los Hueros de la localidad de Villalbilla. Miguel Ángel condujo a sus amigos en un Renault Clio verde hasta el adosado de su hermano. Cuando llegaron ya era de día. Miguel Ángel subió la trampa del garaje y metió el coche dentro. Cerraron la puerta metálica.
En lugar de irse a dormir, los cinco amigos se pusieron a escuchar música del radiocasete del vehículo. No pasaron al interior de la vivienda porque el chalé no tiene transistor.
Dos de ellos se quedaron sentados en el interior del vehículo con los asientos delanteros reclinados hacia detrás. El resto estaba fuera del coche. Pero les entró frío, según explicaron posteriormente a los médicos que les atendieron, y encendieron la calefacción del automóvil.
Dejaron el motor del coche encendido para que no se gastara la batería del vehículo y alimentar la calefacción. Ésa fue su perdición.
"Estábamos escuchando música en el garaje, pero no nos dimos cuenta de que se estaba llenando de humo del tubo de escape", explicó ayer Francisco, de 18 años, uno de los intoxicados. Paquito, como le conocen sus amigos -un chico delgado, con el pelo de punta-, hablaba ayer tumbado sobre una cama de urgencias del Hospital Universitario Príncipe Felipe, de Alcalá de Henares.
Los médicos del centro sanitario le habían puesto una mascarilla para facilitar su respiración y se la apartaba para hablar. "Nos empezamos a marear y perdimos el conocimiento; todo ocurrió sin que nos diéramos cuenta, pero claro...", añadió aún impresionado. "¡Qué fuerte! Manolo está muerto", concluyó.
Fue Manuel, el propietario del chalé, quien se encontró a las 12.25 con los cinco intoxicados en el garaje y el coche aún en marcha. Inmediatamente llamó al teléfono de emergencias 112.
Los médicos del Insalud acudieron al aviso en ambulancia y se encontraron ya sin vida a Manuel, cuyo padre posee una frutería en la calle Nápoles, en el barrio de Hortaleza de Madrid. Trataron de reanimarle. Fue imposible. Salvador estaba vivo, pero inconsciente. Los otros tres estaban mareados o desmayados.
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