Y Tiger Woods alimenta su leyenda haciéndose la cama a diario

Terminado el Masters de 1997, el jovencito Tiger Woods (21 años) que acababa de ganar el torneo con un total récord de 270 golpes (-18) y una ventaja récord de 12 golpes sobre el segundo le dijo a su entrenador, Butch Harmon: quiero cambiar mi swing. Tardó dos años, pasó un 1998 con una sola victoria, y cambió su swing. Cambió también su cuerpo. Pesas, dieta, carrera, gimnasio. 10 kilos más de peso. Todo músculo. Mantuvo la longitud pero ganó control: "Ya no necesito dar el 100% en cada golpe para llegar donde quiero". Y todo lanzando la bola a la misma velocidad: 290 kilómetros por hora.El nuevo Tiger Woods, el joven que dicen que es más maduro pero que se esfuerza en ofrecer una imagen más juvenil, la de un chaval despreocupado, se presentó oficialmente en sociedad la pasada semana el Golf Digest, la revista norteamericana que tira millones de ejemplares mensualmente. Tiger Woods, el gran favorito (cotiza 3 a 1 en las apuestas) del Masters 2000, que comienza el jueves, siguió fomentando los cambios en su entorno. Su padre, antes siempre a su lado en todas las fotos, desapareció de la vista; su madre también. Su caddie, Mike Fluff Cowan, a quien le gustaba mucho hablar y más la fama que le aportaba llevar los palos del Tigre, también sufrió los rigores del despido. Y también el agente que le había asignado IMG, la gran empresa de representación de deportistas. El nuevo fomenta las confidencias. Sabe cómo crearle a Woods una nueva imagen. Joven, simpático, amigo de todos. Y campeón.

La leyenda que nos llega ahora dice que todo empezó cuando Woods, 23 años, muchos millones en su cuenta corriente (47 millones de dólares ingresó en 1999), estaba al borde la depresión y no hacía más que quejarse de que todo el mundo estuviese encima de él. "Tienes dos salidas", le dijo Harmon (entrenador, guru, consejero y amigo). "Puedes retirarte y dedicarte a contar tu dinero, o empezar a divertirte con tu vida. Y eso hizo. A Michael Jordan le gustaba ser El Hombre. A Tigre, también. A Tiger le gusta ser Tiger Woods". Y también le gusta contarlo.

Últimas revelaciones: Tiger Woods se hace la cama todos los días, aunque esté en hoteles de lujo. Tiger Woods se comió una vez 14 tacos de una sentada. Tiger Woods es amigo de David Duval, el número dos del mundo. Tiger Woods tiene un buen radio cassete en su cochecito de golf. Tiger Woods sólo quiere una cosa: ser el mejor de la historia. No, Tiger Woods no quiere hablar de cuántas pesas levanta todos los días. No, tampoco quiere hablar de su novia, la rubia Joanna Jagoda, de 22 años. Sí, Tiger Woods quiere transformar el golf en Estados Unidos, quiere que un deporte de blancos llegue a reflejar el mestizaje racial del país.

Y sí, Tiger Woods cree que puede ganar el Grand Slam.