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FÚTBOL 31ª jornada de Liga

El Celta pierde los papeles y ya acumula cuatro jornadas sin ganar

La temporada se le escurre entre los dedos al Celta, un equipo que se ha demostrado incapaz de levantar la cabeza ante las adversidades. Su peor defecto a estas alturas de campeonato es una inseguridad patológica. Si piensa que alguna desgracia le puede ocurrir, ésta se presenta, de forma que en esos partidos en los que antes arrasaba termina perdiendo los papeles y los puntos. Así las cosas, la UEFA, una competición que le ha reportado los mejores recuerdos de las dos últimas campañas, empieza a convertirse en un objetivo demasiado complicado.Cuando comenzó la segunda parte, con ventaja en el marcador y el fútbol de su parte, cualquiera que apostase por el empate hubiese pasado por insensato. Salvo los que conocen a este inseguro Celta de los últimos meses, incapaz de abrir distancia en el marcador y especialista en dejarse alcanzar en los momentos más inoportunos. El fútbol le sobreviene a ráfagas. Ayer le bastaron 10 minutos en el tramo final del primer tiempo para adelantarse, con una combinación entre Revivo y McCarthy que fue de lo mejor del partido.

CELTA 1 VALLADOLID 1

Celta: Pinto; Sergio, Cáceres, Djorovic, Juanfran; Makelele (Vivas, m. 46), Giovanella; Belmadi (Tomás, m. 66), Revivo (Turdó, m. 79), Gustavo López; Benni McCarthy. Valladolid: Alberto; Torres Gómez, Santamaría (Eusebio, m. 66), Peña, Heinze, Marcos; García Calvo, Lozano (Caminero, m.55), Rodrigo; Víctor y Alberto (Márquez, m.83). Goles: 1-0. M. 37. Revivo adelanta para McCarthy, que regatea a Alberto y marca. 1-1. M. 76. Eusebio mete un balón en el área y Víctor deja a Caminero, que marca. Árbitro: Prados García. Mostró tarjeta amarilla a Santamaría, Lozano, Djorovic, Peña, Gustavo López, Torres Gómez. Expulsó a Giovanella (m.49) por doble amonestación. Mostró roja a Rodrigo en el minuto 73. Unos 20.000 espectadores en Balaídos.

No se le torció el partido al equipo de Vigo con la expulsión exagerada de Giovanella en el minuto 49, sino en el descuento de la primera mitad, cuando Makelele abandonó el campo por una entrada de Lozano. La tarjeta roja sólo vino a erosionar el ascendente céltico en el corazón del campo, que se perdería por completo cuando Belmadi dejó su sitio a Tomás. El Valladolid, que sólo había amagado, asomó la cabeza y cogió el partido por las solapas. No podrá echarle la culpa el Celta a la inferioridad numérica: el empate llegó con Rodrigo expulsado por picar un anzuelo de Juanfran.

El protagonismo del choque fue ya para Prados García, el árbitro que protagonizó un feo episodio con Ceballos, que vivió ayer una jornada repleta de nervios. Tanto permitió entradas sobrecogedoras como expulsó por nimiedades. Anuló un gol al Valladolid por fuera de juego imaginario y se inhibió en el área del equipo de Manzano. A la afición del Celta, un equipo que lleva cuatro domingos sin ganar, le quedó el consuelo de contemplar entre risas cómo rodaba el árbitro por el suelo. Esta vez, por un inoportuno resbalón.

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