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AUTOMOVILISMO - MUNDIAL DE RALLIES

Sainz busca su primer triunfo del año en el asfalto de Cataluña

El asfalto no es lo que más le conviene, pero Carlos Sainz confía en las prestaciones de su Ford Focus para romper la mala racha que le persigue en el Rally Catalunya, que se disputará entre hoy y el domingo, con salida y llegada en Lloret de Mar. Sainz busca su primer triunfo de la temporada. La organización se ha esmerado en las medidas de seguridad, pues teme que una avalancha de público impida el recorrido en algún tramo.

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Sainz es uno de los aspirantes al título que aún no ha ganado una prueba del Mundial esta temporada. Su situación no es desesperada, puesto que faltan aún 10 pruebas para la conclusión del campeonato y la de Cataluña es sólo la quinta. Sin embargo, a estas alturas está ya a nueve puntos del líder, el británico Richard Burns (Subaru).Las victorias, hasta el momento, se han repartido entre el tetracampeón mundial Tommi Makinen (Montecarlo), Marcus Gronholm (Suecia) y Richard Burns (Safari y Portugal). Sainz acabó segundo en Montecarlo, tercero en Portugal y cuarto en el Safari.

Sin embargo, este panorama puede cambiar de forma sustancial en el rally catalán. Esta es en realidad la primera prueba que se disputa totalmente sobre asfalto. En Montecarlo, las condiciones de hielo y nieve tergiversaron las condiciones y, por tanto, lo que pueda ocurrir a partir de hoy es una auténtica incógnita.

Nadie esconde que los Peugeot de François Delecourt, Gilles Panizzi y Gronholm se configuran como los coches a los que batir. En los tramos de asfalto ya han demostrado su efectividad. Sus principales enemigos serán el Citroën kit car (que este año llevará un lastre de 40 kilos, pero que sigue pesando mucho menos que los habituales world rally car) del cántabro Chus Puras -que se retiró el año pasado cuando iba líder y dejó el triunfo para Bugalski, con otro kit car- y la necesidad absoluta de puntos que tienen algunos pilotos para no verse ya excesivamente alejados del liderato del Mundial.

Es el caso de Sainz y, más aún, el de su compañero de equipo Colin McRae y el francés Didier Auriol, que no ha logrado más que un tercer puesto desde que debutó con Seat. "Casi ni me acuerdo de lo que es un podio", explicó ayer el británico McRae, que se ha retirado en 11 de las últimas 12 pruebas que ha disputado. "Estoy más motivado que nunca para ganar el título de nuevo, pero si el equipo no progresa deberé buscar otro coche".

Las expectativas de McRae son similares a las planteadas por Makinen (Mitsubishi). "Tengo buenas sensaciones. Espero salir de España siendo líder del Mundial". Con la llegada del asfalto todo el mundo quiere ganar, y Sainz pretende, además, romper la mala racha de resultados que sufre en casa desde 1996, el último año que entró en los puntos.

"Corres en casa y tienes ganas de hacerlo bien", confesó ayer en la presentación del equipo júnior al que va a apoyar este año con la ayuda de Ford y sus patrocinadores. "Aquí hemos ganado y tenido muy mala suerte. Lo que más deseo ahora es no tener problemas y poder olvidar el gafe que parece que nos persigue en Cataluña".

Sainz, doble campeón mundial en 1990 y 1992, ganó por última vez este rally en 1995. En las últimas ediciones, el piloto no ha ofrecido grandes satisfacciones a una afición que está entregada, pero este año en que el Rally Catalunya se disputa en fin de semana, el apoyo que encontrará en las carreteras será absoluto. Hasta tal punto se espera afluencia de público que la organización, el RACC, ha preparado una prueba en forma de bucle en la que casi todos los tramos se disputarán dos veces por etapa. Es la mejor solución que se ha encontrado para evitar los movimientos masivos de aficionados que acaben colapsando las carreteras y algún tramo.

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