La falta de autoridad de la Ejecutiva para zanjar conflictos territoriales agudizó la crisis del PSOE
Los conflictos internos en distintas federaciones -que en algunos casos han ido paralelos a la pérdida de los gobiernos autonómicos y se han agudizado allí donde se han acumulado fracasos electorales sucesivos- han sido el germen de la grave crisis del PSOE, que no ha encontrado en el secretario general y su Ejecutiva federal la capacidad y autoridad suficiente para poner freno a las luchas intestinas o a iniciativas de carácter autonómico que colisionaban con un proyecto para toda España. Esta tendencia, contenida muchos años, se descontroló tras la marcha de Felipe González.
Las guerras abiertas o larvadas en las federaciones socialistas han colocado a las estructuras territoriales del partido al borde de la "destrucción", según la gráfica descripción de Diego Maciá, recién dimitido presidente de la gestora del Partido Socialista del País Valenciano (PSPV-PSOE). Esta federación, la segunda en importancia por número de militantes, arrastra un rosario de disensiones y broncas internas desde que los socialistas perdieron a manos del PP las autonómicas de 1995.Otro tanto pasó en Aragón y Murcia. Asimismo, la creciente pérdida de apoyo ciudadano de los socialistas gallegos ha sido tan espectacular como la virulencia de las trifulcas de sus dirigentes y sus constantes cambios de estrategia en torno a la defensa de una identidad más o menos nacionalista.
Un giro similar se ha dado en Baleares, con la aquiescencia en este caso de la Ejecutiva federal que encabezaba Joaquín Almunia. En los últimos comicios autonómicos, en Madrid primó el deseo de acertar con una fórmula que permitiera una victoria electoral, por lo que se aceptó el apoyo de un grupo heterogéneo de partidos -algunos de los cuales habían respaldado al PP en la enterior legislatura autonómica- para llegar al Gobierno regional. Pero los malos resultados de los comicios generales en Baleares abre una incógnita sobre el proyecto, aunque no respecto a su presidente, Francesc Antich, que va ganando adeptos en su partido frente al secretario general, Andreu Crespí.
Los socialistas de Madrid, La Rioja y Castilla y León hace años que no encuentran el camino que les lleve al poder y, al menos en los dos primeros casos, sus secretarios generales han decidido sin que nadie se lo pida ceder el paso a otro compañero.
Tampoco la situación en Murcia, tras la pérdida de las elecciones en 1995 y la consolidación de la mayoría absoluta del PP, animan a su secretaria general, María Antonia Martínez, a seguir al frente del partido, aunque de momento no se aprecia gran alboroto interno si se compara con el conflicto vivido hace algo más de cuatro años cuando perdieron el gobierno autónomo. También la dimisión del aragonés Isidoro Esteban puede considerarse tranquila después de que su federación fuese conocida durante muchos años como "Beirut" a causa de la lucha encarnizada de sus familias. Ahora el conflicto se ha aplacado tras la llegada al poder autonómico, mediante pactos, de Marcelino Iglesias, a quien se mira como futuro secretario general.
Los socialistas navarros parece que han pasado su peor momento y su secretario general, Juan José Lizarbe, ha iniciado una senda de reconciliación entre las distintas familias que está redundando en su propio afianzamiento. De momento, la posibilidad de desbancar al PP-UPN en el gobierno continúa lejos.
Tampoco los socialistas cántabros, una de las comunidades donde la diferencia de votos con el PP más ha crecido, tienen posibilidades de hacerse con el poder. El secretario general, Jaime Blanco, sigue teniendo el apoyo mayoritario, pero tras el 12-M ha surgido un belicoso sector crítico, que cuenta con el respaldo de parte de su organización juvenil, que pide cambios en las personas y en los proyectos.
En Asturias la situación empieza a complicarse a pesar de que en junio el PSOE ganó las elecciones. El próximo secretario general de los socialistas tendrá que echar el resto y dejar claro el liderazgo en la región del presidente autonómico, Vicente Álvarez Areces, enfrentado en estos momentos a su propio grupo parlamentario en la Cámara asturiana.
El aval de las urnas es el origen del prestigio de Manuel Chaves, presidente andaluz; José Bono, jefe del Gobierno de Castilla-La Mancha; y Juan Carlos Rodríguez Ibarra, presidente extremeño. La disidencia en los dominios de los barones es todavía casi imperceptible o está neutralizada. Su poder consolidado, frente a la debilidad que ha dejado traslucir la dirección federal, ha favorecido que sus voces hayan alcanzado una autonomía notable respecto a Madrid, tanto si coincidían como si discrepaban.
La nueva Ejecutiva tiene como principal tarea restablecer la unidad interna, recuperar la autoridad moral -no solo reglamentaria- sobre las federaciones y articular un discurso común, algo que hasta ahora ha faltado y ha permitido al PP repetir que el PSOE no es un partido sino "un barullo de diecisiete proyectos". Los socialistas más veteranos recuerdan aquéllos tiempos en los que González presumía de hacer el mismo discurso en toda España.
La derrota fuerza la renovación
Éste es el panorama que ofrecen las principales federaciones del PSOE tras la crisis abierta por la derrota electoral del 12-M y la dimisión de la ejecutiva federal.GALICIA: En picado desde hace una década
Galicia ha sido en la última década uno de los grandes agujeros negros del PSOE. Desde que Fraga llegó a la Xunta en 1989, los conflictos internos de los socialistas se han sucedido al mismo ritmo que su partido sufría una constante hemorragia de votos. El Partido Socialista de Galicia ya es la tercera fuerza del Parlamento regional, tras verse superado por el Bloque Nacionalista Galego en las autonómicas de 1997. El partido vive una cierta calma desde que el año pasado fue elegido secretario general Emilio Pérez Touriño, antiguo alto cargo del Ministerio de Obras Públicas en la etapa de José Borrell. Pérez Touriño no tuvo malas relaciones con el equipo de Joaquín Almunia, mientras que han sido habituales sus desencuentros con el alcalde de A Coruña, Francisco Vázquez, que no apoyó ni su elección ni su posterior política de alianzas municipales con el BNG.
ASTURIAS: Mayoría guerrista y avance renovador
La mayoría de la Federación Socialista Asturiana se sustenta en el sector guerrista, encabezado por el líder minero José Angel Fernández Villa, secretario general del sindicato SOMA-FIA-UGT. No sólo agrupa al grueso de la militancia -en torno al 55%- sino que es el sector más organizado. Controla casi dos tercios de la comisión ejecutiva y del grupo parlamentario autonómico. Este sector colocó al frente de la federación a Luis Martínez Noval, portavoz adjunto del Grupo Socialista en el Congreso en la pasada legislatura. El presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, encabeza el sector renovador, con una representación cercana al 25%. Tiene buena relación con la dirección federal del PSOE pero sobre todo con algunos barones, como Bono, y con el equipo de Pasqual Maragall. Está en minoría en el grupo parlamentario y en la ejecutiva, pero le avala la mayoría absoluta que logró en las pasadas elecciones autonómicas. El expresidente del Principado y alcalde de Llanes Antonio Trevín, apoyado en la Unión Regional de UGT, encabeza la tercera vía, que representa a un 20% del partido y se sitúa más cerca de los renovadores que de los guerristas.-JAVIER CUARTAS
BALEARES: El presidente autonómico emerge como nuevo líder
Los socialistas baleares disfrutan por primera vez del poder autonómico e insular, gracias al pacto multipartido de izquierdas del verano de 1999. Ahora viven una calma que ha mitigado los ecos de la catástrofe de las elecciones legislativas, en las que su porcentaje territorial ha bajado del 30%, seis puntos menos que en las de 1996. La actual ejecutiva, plural y cohesionada desde que fue elegida casi por unanimidad en 1997, no se plantea dimitir. Sus dirigentes estaban bien conectados con la antigua dirección federal del PSOE. El nuevo líder emergente es el presidente autonómico Francesc Antich, un socialdemócrata autonomista y federalista, que se entiende bien con Pasqual Maragall. Antich se ha postulado para tomar la dirección del PSOE balear, que está en manos de Andreu Crespí. El presidente autonómico ha logrado el consenso de las diferentes familias y sectores insularistas que arrastraron sus discrepancias durante décadas de oposición.-ANDREU MANRESA
CANTABRIA: La derrota cuestiona al líder regional más antiguo
En las cinco horas de debate que empleó la ejecutiva regional del PSOE para analizar la derrota electoral no hubo tensión ni petición de dimisiones, pero los participantes en el debate dejaron constancia de que el próximo congreso, a finales de verano, debe alumbrar un nuevo líder regional y una nueva oferta política. Jaime Blanco, secretario general del PSC durante los últimos 24 años, invoca que "la marea ha llegado a todas las playas". Su juicio quizá no sea compartido de manera unánime por las bases socialistas, en este momento silenciosas pero cansadas de ver cómo el PP gana y acrecienta su ventaja sobre el PSOE. El pasado día 12, los populares superaron en 77.000 votos a los socialistas y vencieron en 100 de los 102 ayuntamientos. Blanco aduce que el mantenimiento de un porcentaje poco variable muestra una base electoral muy sólida para mejorar resultados en el futuro.-JESÚS DELGADO
CASTILLA-LA MANCHA: La posible sucesión de Bono puede abrir fisuras
El paso dado por el presidente autonómico, José Bono, para situarse como un posible candidato a la secretaría general del PSOE abre la incógnita de qué puede ocurrir cuando el actual vicepresidente de la Junta, José María Barreda, se convierta en presidente, si es él quien sucede a Bono, como todo parece indicar. En ese momento se pueden producir fisuras que hasta ahora no habían aflorado, según algunos dirigentes socialistas. Por el momento, los socialistas tratan de minimizar sus resultados del pasado día 12 amparándose en que en las elecciones autonómicas Bono revalidó la mayoría absoluta y aumentó la distancia sobre el PP. -ISABEL SALVADOR
ARAGÓN: Iglesias prepara su salto al liderazgo del partido
Los socialistas aragoneses zanjaron el pasado jueves la crisis desatada el pasado día 16, al dimitir su secretario regional, Isidoro Esteban, con la decisión de mantener a la ejecutiva en funciones y convocar para septiembre el congreso ordinario del partido. En ese congreso, la secretaría general será muy probablemente para el actual presidente de Aragón y secretario provincial del PSOE de Huesca, Marcelino Iglesias. Su acuerdo con Juan Alberto Belloch, presidente del PSOE en Aragón, pasa por compatibilizar sus respectivas aspiraciones. Belloch trata de consolidarse en Zaragoza, en cuyo ayuntamiento ejerce de líder de la oposición, con aspiración de convertirse en alcalde. Iglesias controla Huesca, empieza a obtener apoyo en Teruel y aúna a los tres sectores socialistas de Zaragoza que no están con el ex ministro de Justicia e Interior.-CONCHA MONTSERRAT
CATALUÑA: Los 'capitanes' relevan a los generales
La elección de dos alcaldes del cinturón metropolitano de Barcelona, nacidos en Huelva y Badajoz, para representar al PSC en la gestora del PSOE es un ejemplo de lo que se avecina en el partido de los socialistas catalanes. El PSC tiene convocado su IX Congreso para el 16 de junio, un mes antes que el del PSOE, y en él va a producirse el relevo de la generación de los fundadores por una capa de dirigentes municipales y comarcales más jóvenes, de perfil político bajo, caracterizados por el pragmatismo y la identificación emocional con el PSOE. Con una excepción notable: la de Pasqual Maragall.
Lo que trasciende de las asambleas de agrupación es un clamor a favor de la superación del felipismo, la renovación de la cúpula del PSOE, y, de paso, de la del PSC. Eso se traducirá en que donde mandaron los Reventós, Obiols, Serra, Sala y Armet van a mandar los Montilla, Corbacho, De Madre, Zaragoza e Iceta. Una generación de inmigrantes o hijos de inmigrantes del sur va a suceder a otra formada por universitarios progresistas y catalanistas de los años 60.-ENRIC COMPANY
CASTILLA Y LEÓN: Quijano mantiene la unidad pese a la derrota
El PSOE de Castilla y León no atraviesa desde hace diez años los problemas de división de otras federaciones socialistas. El liderazgo regional de Jesús Quijano es producto del consenso que suscita este Catedrático de Derecho Mercantil que ha sabido aunar a los socialistas, en una región donde el PP logró el 56% de los votos en las pasadas legislativas. Quijano, un renovador que perdió las elecciones frente a Juan José Lucas (PP) en 1991 y 1995, dejó el camino libre para que el líder electoral del PSOE en la región fuese otro militante, Jaime González. Ahora, Quijano, que fue miembro de la Ejecutiva Federal desde 1994 a 1997, ha vuelto a convertirse en uno de los referentes para buscar salidas a la crisis del PSOE.-FRANCISCO FORJAS
NAVARRA: Salir de la crisis sin caer "en el victimismo"
"Superar la situación sin caer en el victimismo, abrirse a la sociedad, ensanchar nuestro espacio político", son las claves de la recuperación, según el secretario regional de los socialistas navarros, Juan José Lizarbe. Éste, que fue recibido con más recelo que apoyo por parte de la dirección nacional, ha logrado asentar unas buenas relaciones con la cúpula del partido, después de sustituir con caras nuevas a los equipos que se vieron salpicados por las irregularidades de Urralburu y Otano.-MIKEL MUEZ
EXTREMADURA: "Aquí no sobra nadie"
Que en las pasadas elecciones Extremadura haya dejado de ser feudo socialista -por primera vez en 18 años ganó el PP- ha dejado en el PSOE alguna lágrima, evidente desolación, bastante cabreo y poca autocrítica. "Aquí no sobra nadie", afirmó tras la derrota la secretaria del PSOE cacereño, Pilar Merchán. La ejecutiva regional del PSOE no ofrece fisuras. El líder único es Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Éste ha destacado que el PSOE ha alcanzado el 45% de los votos y que, por tanto, "no hay que avergonzarse sino estar satisfechos".-JEREMÍAS CLEMENTE
ANDALUCÍA: Chaves, líder indiscutido
En la crisis del PSOE, la única federación que permanece como una roca es la andaluza, no sólo por ser la más numerosa, sino porque ha resistido el empujón electoral del PP en las legislativas y autonómicas del pasado día 12. Tras la dura pelea entre guerristas y renovadores, la suerte favoreció al secretario regional del PSOE y presidente de la Junta, Manuel Chaves, en 1996, cuando, contra todo pronóstico, volvió a ganar las autonómicas. Chaves capitanea un equipo en el que cada dirigente tiene un terreno perfectamente delimitado, incorporó a su ejecutiva a los guerristas más moderados y, tras las elecciones de 1996 y las del pasado día 12, ejerce un liderazgo incuestionado.-LOURDES LUCIO
EUSKADI: Dudas sobre el rumbo
El PSE-EE ha dejado de ser la segunda fuerza electoral en el País Vasco para convertirse en la tercera, ha perdido un diputado, ha tenido una fuga de 35.000 votos y ha perdido el rango de fuerza más votada en Guipúzcoa. En la reunión en que la ejecutiva analizó el retroceso electoral hubo críticas al supuesto "seguidismo" respecto al PP en la lucha antiterrorista y recelos respecto a un posible acercamiento ahora al PNV. A ese complicado escenario electoral se suma que Nicolás Redondo fue elegido secretario general, en 1997, con el 58% de los votos. Su ejecutiva no ha conseguido que las principales voces del partido en las tres provincias hagan sintonía.-AITOR GUENAGA
CANARIAS: La crisis empieza en Tenerife
El PSOE tinerfeño ha sido el que más acusó el batacazo electoral. El presidente insular, José Segura, y su secretario de Organización, Manuel Noda, presentaron su dimisión irrevocable, y un sector presionó para que les siguiera el secretario general del partido en la isla, Melchor Nuñez. El secretario regional, Juan Carlos Alemán, condiciona su continuidad a disponer de una mayor autonomía con respecto a la dirección nacional y al fortalecimiento de la dirección regional frente a las insulares. Alemán ha expresado su intención de efectuar una "importante renovación" de los órganos directivos del partido en Canarias.MARTA CANTERO
LA RIOJA: Anticipo de renovación
Ángel Martínez Sanjuán, secretario regional desde 1982, anunció antes de las elecciones que no sepresentaría a la reelección, lo que ha favorecido que el relevo vaya a ser menos traumático. No obstante, han surgido voces más exigentes, en las Juventudes Socialistas, que afirman que "el relevo generacional no tiene ya excusas".
MURCIA: Dimisión inmediata
Maria Antonia Martínez fue la primera secretaria regional en presentar la dimisión, la misma noche del pasado día 12. Se sentía corresponsable de los motivos de la dimisión de Almunia, y explicó que "los ciudadanos necesitan mensajes claros de asunción de hayan alcanzado una autonomía notable respecto a Madrid, tanto si coincidían como si discrepaban.
Más de una década de división
La Federación Socialista Madrileña (FSM) lleva más de una década dividida en dos sectores: los llamados renovadores y los guerristas, agrupados en torno al ex presidente de la federación José Acosta. La presidencia y la secretaria general de la FSM están en manos de los primeros desde el 27 de octubre de 1997, cuando la lista que encabezaban Jaime Lissavetzky y Cristina Alberdi obtuvo el 56,21% de los votos, frente al 43,12% logrado por Acosta.El Partido Popular gobierna en Madrid desde 1995 y el PSOE ha fracasado en sus intentos de arrebatar el bastón de mando regional a Alberto Ruiz-Gallardón en los dos últimos comicios autonómicos. Las sucesivas derrotas han ahondado la crisis en las filas del PSOE madrileño. Hay ejemplos de ello. En las negociaciones para cerrar la candidatura al Congreso en las recientes elecciones generales, las disensiones se plasmaron en un mayor número de abstenciones que de apoyos a la candidatura presentada. El secretario regional, Jaime Lissavetzky, que se sintió desautorizado por su propia federación, abandonó la reunión dando un portazo.
Los problemas en la FSM se agravan más si se tiene en cuenta la guerra abierta por la sucesión de su actual secretario general, Jaime Lissavetzky, al frente del grupo parlamentario, del que era portavoz. Al ser elegido diputado nacional por Madrid ha tenido que dejar el cargo.
Cristina Almeida, presidenta del grupo y de Nueva Izquierda, formación que concurrió a las elecciones con los socialistas, reclama ese puesto, pero el PSOE madrileño -por primera vez- se ha unido contra ella. Rechaza sus pretensiones porque cree que el cargo debe estar en manos de un socialista. La portavocía, de momento, está vacante hasta que se resuelva el enfrentamiento.
Una interminable sucesión de crisis y dimisiones
El Partido Socialista del País Valenciano (PSPV-PSOE), la segunda federación en número de militantes con cerca de 40.000 afiliados, está descabezado y a la espera de que la Comisión Política del PSOE adopte una solución. Precisamente la inclusión en dicha Comisión del ex diputado Javier Paniagua, a instancias del dimitido secretario federal de Organización, Ciprià Ciscar, provocó una nueva crisis en el socialismo valenciano, que arrastra una profunda división desde 1997. El presidente de la comisión gestora del PSPV, el alcalde de Elche, Diego Macià, dimitió tras la celebración del reciente Comité Federal del PSOE al sentirse "burlado y desautorizado", ya que en ninguna de sus propuestas, algunas consensuadas, figuraba Paniagua. El nombramiento de éste frustró, además, el principio de acuerdo que Macià había logrado en Alicante para buscar una salida a la crisis de los socialistas y que pretendía extender al resto de la Comunidad Valenciana.Macià ha presidido la dirección provisional del PSPV, compuesta en su mayoría por partidarios de Ciprià Ciscar, desde octubre de 1999. La gestora del PSPV-PSOE ya nació con problemas, después de que renunciasen a integrarse en ella los representantes de las sensibilidades críticas con la gestión del ahora dimitido secretario de Organización del PSOE. La situación de crisis de los socialistas valencianos es consecuencia de un rosario de fracasos y desencuentros entre los distintos sectores iniciado tras la pérdida de las elecciones autonómicas de 1995 y evidenciado en el octavo congreso del PSPV, celebrado en julio de 1997.
Desde ese congreso, en el que el renovador Joan Romero ganó la secretaría general por tres votos de ventaja, el secretario de Organización, Ciprià Ciscar, ha sido el árbitro de la federación valenciana. Tras la catástrofe electoral del 12-M, los críticos reclaman una nueva dirección que garantice la neutralidad de los procesos precongresuales.
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