Resurrección del fútbol inglés
Los equipos de la Premier League han perdido su complejo de inferioridad y cuatro de ellos sobreviven en los torneos europeos
El Barça y el Madrid tendrán mucho que decir al respecto, pero no es descartable la posibilidad de que haya cuatro equipos de la Premier League inglesa en las finales de ambas grandes competiciones europeas. Sería una sorpresa que el Chelsea ganara al Barcelona en los cuartos de final de la Champions, como también lo sería que el Real Madrid venciera al Manchester United. Pero resultaría más sorprendente aún que el Arsenal y el Leeds no ganasen sus dos semifinales de la Copa UEFA contra el Lens y el Galatasaray.Durante un par de décadas el fútbol inglés había padecido, sin jamás admitirlo, un complejo de inferioridad. Mucha entrega, mucha furia competitiva, mucho correr. Pero los equipos italianos, los holandeses, los españoles, los alemanes -pero más que nadie los italianos- eran los que ganaban en Europa. Y, para colmo, jugaban con más categoría, más finura, más inteligencia. Menos ingenuidad.
Pero el problema de fondo era este complejo de inferioridad. Que lo sentían los aficionados cuando sus equipos se medían contra la Juve, el Milan; que lo sentían los periodistas que escribían de fútbol y que se transmitía al campo, a los jugadores. Y que se palpaba en el mismo Manchester United durante la mayor parte de los noventa, cuando arrasaba en Inglaterra pero se achicaba cuando le tocaba jugar en la Copa de Europa. Y perdía no sólo contra la Juve, sino contra el Borussia Dortmund o el Galatasaray.
De repente, todo ha cambiado. Se nota una especie de euforia en el ambiente futbolístico inglés. Los equipos de la Premier no temen a nadie, creen que le pueden ganar a cualquiera. Y también se lo creen los aficionados y los periodistas. Alan Mullery, antiguo jugador de la selección inglesa, opinaba en televisión el miércoles por la noche que si fuese entrenador del Manchester al equipo que quisiera enfrentarse en cuartos de final sería el Real Madrid.¡El Madrid! El equipo que, visto desde las islas, es el más carismático del mundo. Y ahora, en las mismas islas, dicen: "Que vengan. Ya les enseñaremos." ¿Qué es lo que ha pasado? Lo fundamental, la clave de todo, es que el Manchester ganó la Copa de Europa la temporada pasada -la primera vez que un equipo inglés la había ganado desde 1981-. Y, como sabía muy bien los del Arsenal, del Chelsea y del Leeds, el Manchester no era invencible en la Liga inglesa. Si era mejor, era muy poco mejor que ellos. A veces, hasta en Old Trafford le ganaban.
Es decir, esta temporada los equipos ingleses han participado en las competiciones europeas con una confianza en si mismos no vista desde fines de los setenta y comienzos de los ochenta, cuando el Liverpool arrasaba en Europa. La fortaleza mental que exibió el Manchester en la final del año pasado contra Bayern Munich la han heredado los demás. Pero hay otro factor que explica este resurgimiento en el fútbol inglés. Que no tiene nada que ver con los ingleses. Los clubes italianos y españoles han estado reclutando jugadores extranjeros desde mucho antes que los ingleses. Hoy en día hay tantos, o más, extranjeros militando en la Premier que en la liga española o en Serie A. Y, por más que a muchos no les guste, la verdad es que han mejorado el nivel.
En el partido que jugó el Chelsea contra la Lazio el miércoles en Londres no hubo ni un inglés en el campo. El Chelsea es el Barça de la Premier League. Cuando se enfrentan en cuartos de finales de la Champions los comentaristas de televisión se referirán al "equipo inglés" y al "equipo español". Pero la verdad es que se tratara más bien de las Naciones Unidas contra Holanda. Y aunque indudablemente ambos equipos rendirán en la Champions por encima del nivel competitivo que demuestran en sus respectivas ligas, es el partido Madrid-Manchester el que provocará más interés global y más intensas emociones a nivel nacional.
Porque, por un lado, no hay en el mundo dos clubes más legendarios -o, para decirlo de otra manera, más conocidos - que estos dos. Son la Coca-Cola y la Pepsi del fútbol internacional. Pero también porque ambos han logrado una mezcla bastante equilibrada de jugadores locales y extranjeros. Y como consecuencia han logrado preservar, más que el Chelsea y el Barça, su identidad. Ahora, esto cambia una vez que los equipos entran en el terreno de juego.
El Manchester es un equipo mucho más sólido que el Madrid. Más fiable, con un sistema de juego más definido. Alex Ferguson ha estado de entrenador durante 14 años. El mismo Lorenzo Sanz debe de haber perdido la cuenta de cuantos entrenadores ha tenido el Madrid desde 1986. No es ninguna casualidad que el Manchester hane cuando juega mal; y que el Madrid pierda cuando juega mal.
Como decía el entrenador del Girondins de Burdeos antes de perder, de forma no merecida, contra los de Ferguson hace diez diás, el Manchester es una máquina de ganar partidos. Y de marcar goles: 22 más que el que le sigue en la Premier. La lógica indica que ni habrá dos equipos de la liga española en la final de la Champions, ni dos equipos de la liga inglesa. Pero también la lógica nos decía que el Barcelona ganaría al Madrid en los dos enfrentamientos que han tenido en la Liga esta temporada. En cambio se demostró, una vez más, que el análisis racional tiene un valor limitado en el poco científico negocio de pronosticar resultados en el fútbol. Por lo que tanto los aficionados del Madrid como del Chelsea pueden perfectamente alimentar la esperanza de que sean ellos los que se encuentren de visita en París el 24 de mayo.
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