El Consell Polític de EU rechaza dimitir en bloque y pide adelantar la asamblea de IU

El Consell Polític de Esquerra Unida, el órgano de dirección más importante de la coalición de izquierdas, rechazó ayer dimitir en bloque tras aprobar un análisis de los resultados electorales del pasado 12 de marzo y de los efectos del pacto PSOE-IU. Ante la crisis de la formación, EU acordó defender mañana en la presidencia federal de Izquierda Unida que se adelante la fecha de la asamblea federal, con representación de todas las autonomías, para antes del verano. Y supeditó a esta decisión la convocatoria de la próxima asamblea de EU, en principio prevista para junio de 2001.

El cambio en el modelo de organización de la coalición y hasta el de las personas que deben liderarlo ha de realizarse "lo más pronto posible" y "sin dilaciones". Así lo explicó el coordinador general de EU, Joan Ribó, durante la reunión de ayer del Consell Polític. Por este motivo se acordó, además de pedir el adelanto de la asamblea federal, supeditar a esta reunión la de la asamblea ordinaria de EU (la decisión la tomará el día 15 el Consell Nacional, el máximo órgano entre asambleas). Sin embargo, ayer no se llegó a un acuerdo sobre si esta asamblea de País deberá ser antes, después o simultánea a la federal.El principal cometido de ayer de EU era aprobar el análisis de los resultados electorales, marcados por la "avalancha derechizadora" lograda por el PP. "Nos encontramos delante de un cambio profundo en la sociedad española sólo comparable con la instauración de la democracia o la mayoría absoluta conseguida por el PSOE en 1982", explicó Ribó tras coincidir con la mayoría del Consell Polític en que "el PP se ha legitimado totalmente como el eje vertebrador de los grandes centros de poder económico, de la política conservadora y de un entramado de comunicación cada vez más reducido y en manos de los negocios bancarios, eléctricos y afines".

En el análisis, aprobado por 23 votos a favor, 2 en contra y 5 abstenciones, se señala que el bajo porcentaje de participación en los comicios (73,3% en la Comunidad), fomentado desde el Gobierno del PP al evitar los debates electorales y no hacer una campaña institucional fuerte a favor de la cita con las urnas, perjudicó a la izquierda en general y a la coalición.

Fuera de plazo

Pero la principal crítica incide en la evaluación del pacto IU-PSOE, realizado en un "tiempo límite y prácticamente fuera de plazo". Así, el documento reconoce que "el contenido del acuerdo no ha llegado a amplias capas de la población que lo desconocía o lo conocía de forma deformada por los medios de comunicación de la derecha".

A esto se une un "uso inadecuado" de la campaña electoral para explicarlo y una "falta de credibilidad" de un acuerdo entre dos formaciones políticas largamente enfrentadas.

Sin embargo, el análisis de Ribó explicó que los resultados hubiesen sido peores de no sellarse el pacto -"ha servido para romper la tendencia a la baja que desde 1996 veníamos sufriendo de forma continuada y sostenida y ha ayudado a remontar mínimamente la situación", llegó a asegurar- y abundó en la necesidad de "continuar por el camino de la unidad de acción de la izquierda" huyendo de la confrontación entre esta unidad y la defensa de la personalidad de EU.

Pese a la aprobación del análisis y al rechazo a la propuesta de dimisión en bloque efectuado por Rafael Pla (del Partido Comunista) no faltaron multitud de voces críticas que incidieron en la necesidad de la renovación de líderes. Y hasta se volvieron a repetir las ácidas acusaciones entre los comunitas y otro de los sectores con más peso en la coalición, Esquerra i País. Según Ribó, la reunión de ayer sirvió para debatir, para "hacer terapia" y hasta para "soltar demonios internos".