El defensor de Guerra sostiene que "entre ser violento y ser un asesino hay un trecho"
Emilio Rodríguez Menéndez, abogado de Ricardo Guerra -acusado del asesinato del seguidor de la Real Sociedad Aitor Zabaleta-, admitió ayer que su cliente "no es la Virgen María ni una hermanita de la caridad", pero recordó que "sus errores anteriores ya los ha pagado" y que entre "ser violento y ser un asesino hay un trecho". El letrado subrayó durante su exposición, que ayer duró tres horas y media y que proseguirá el lunes, que lo que se está juzgado en la Audiencia de Madrid es "si Guerra fue o no la persona que apuñaló a Aitor, no sus antecedentes".
Los alegatos de Rodríguez Menéndez se encaminan a demostrar que Iván Martín -el testigo que se retractó de sus declaraciones previas, en las que dijo haber visto a Guerra acuchillar a Zabaleta- "mintió" cuando inculpó a su defendido. Según él, todos los testimonios de Martín "son diferentes".
Guerra, de 24 años, es un supuesto miembro del grupo neonazi Bastión, integrado por seguidores radicales del Atlético de Madrid. Precisamente, el asesinato de Zabaleta se cometió el 8 de diciembre de 1998 junto al estadio Calderón.
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