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Londres y Madrid aplazan al menos una semana su acuerdo sobre Gibraltar

El acuerdo entre España y el Reino Unido sobre las autoridades competentes en Gibraltar respecto a los asuntos comunitarios no se escenificará en el Consejo Europeo de Lisboa. Aunque ambas partes indican que está prácticamente cerrado, los últimos "detalles técnicos", que ni Madrid ni Londres quieren concretar, impiden que se anuncie. Un portavoz del Gobierno británico dijo ayer que no se cerrará antes de la próxima semana. A su vez, el ministro español de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, reiteró que no tiene prisa: "Prefiero un buen acuerdo que un acuerdo rápido".Se esperaba que el pacto fuera anunciado en Lisboa por el presidente español, José María Aznar, y el primer ministro británico, Tony Blair, en un gesto que reforzaría la imagen de sintonía diplomática con el que han acudido a la cumbre de la UE. Ayer, sin embargo, un diplomático español dijo que tal vez no sea éste el marco adecuado ni el pacto requiera la intervención de los máximos dirigentes. Da la sensación de que ni Londres ni Madrid quieren dar demasiada trascendencia a un acuerdo en el que no desean que haya vencedores ni vencidos.

Lo que está en discusión es cuál es la autoridad competente en Gibraltar en asuntos comunitarios. España ha vetado la entrada en vigor de muchas directivas de la UE al no aceptar la pretensión británica de que el Ejecutivo del Peñón pueda decidir en asuntos de justicia, interior o economía. De haberlo permitido, Gibraltar, una colonia británica que no pertenece al mercado interior europeo y, por tanto, goza de los privilegios aduaneros de un territorio sin IVA, podría relacionarse autónomamente con el resto de los Estados miembros. España mantiene que el Reino Unido es el responsable de Gibraltar y sólo acepta la competencia de las autoridades de Londres.

Este problema bilateral entre Londres y Madrid está perjudicando al resto de los socios comunitarios, que les presionan para que alcancen un acuerdo y se desbloquee así la entrada en vigor de directivas tan importantes como la que regula las ofertas de adquisición de empresas.

Fuentes españolas creen que el Reino Unido acabará aceptando el criterio español, aunque la fórmula será compleja. Una de las razones para justificar el retraso es su "complejidad técnica" y la necesidad de tener un texto preciso tanto en inglés como en castellano.

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