El fiscal mantiene su petición de 19 años de cárcel para Ricardo Guerra por el asesinato de Aitor
El juicio por el asesinato del seguidor de la Real Sociedad Aitor Zabaleta entró ayer en su recta final. El fiscal mantiene su petición de 19 años de cárcel para Ricardo Guerra, presunto autor del crimen, que se cometió en diciembre de 1998 en los aledaños del estadio Vicente Calderón, de Madrid. Las otras dos acusaciones también elevaron a definitivos sus informes y piden 20 años de prisión. En su criterio, los testigos y los informes expuestos en el juicio corroboran que hay pruebas como para que el jurado emita un veredicto condenatorio.
El fiscal subraya que Aitor Zabaleta, de 28 años, fue asesinado de una certera cuchillada en el corazón "en el lateral y la curva norte del estadio Vicente Calderón". Según él, Ricardo Guerra clavó una navaja de nueve centímetros a Aitor "de forma súbita, sorpresiva e inesperada y con intención de causarle la muerte".Las otras dos acusaciones -una, que representa a la familia de la víctima, y otra, en nombre del Movimiento contra la Intolerancia y la Real Sociedad- también coinciden en señalar a Guerra como el autor del navajazo. Además, aseguran que su muerte fue una acción planificada por el grupúsculo neonazi Bastión, el ala más radical del Frente Atlético, formado por seguidores del Atlético de Madrid.
Ambas acusaciones discrepan, no obstante, en la secuencia de los hechos, es decir, en si el asesino se bajó o no de un coche y acuchilló a Aitor cuando éste y otros aficionados del conjunto donostiarra huían despavoridos del ataque "organizado" por Bastión. "Se oyó un grito y comenzaron a salir rapados desde las calles próximas al estadio", han declarado los testigos.
Todas las acusaciones reclaman indemnizaciones, que oscilan entre los 22 millones por parte del fiscal y los 40 de la acusación particular, para los herederos de Aitor, aunque, en caso de condena, Guerra no pagaría nada, ya que ha sido declarado insolvente.
La familia de Aitor, representada por la letrada Begoña Lalana, ha pedido que el Estado responda subsidiariamente del crimen, dado que Guerra cumplía una condena en régimen abierto por haber acuchillado a otro joven dos años antes.
Lalana afirma que el acusado se reunió el día del crimen con nueve de sus amigos en la Puerta del Sol con "el propósito de buscar a seguidores de la Real Sociedad que ya se hubieran desplazado a Madrid y darles un escarmiento". Se trataba de "vengar" la rotura de una luna del autobús en el que los integrantes de Bastión habían viajado a San Sebastián, 15 días antes, para el partido de ida de la Copa del Rey". El acusado y sus amigos llegaron pasadas las seis de la tarde al bar El Parador, enfrente del estadio. Allí se encontraban a esa hora Aitor y su novia, entre otros aficionados de la Real, que se habían presentado en el estadio dos horas antes del partido para adquirir las entradas.
Según el Movimiento contra la Intolerencia, Guerra, sin mediar provocación, golpeó a Aitor y éste repelió la agresión. Seguidamente, la víctima se marchó en dirección al estadio perseguido por hinchas de Bastión. Es aquí donde discrepan ambas acusaciones. La abogada de la familia sostiene que Guerra y otros amigos siguieron a pie a Aitor hasta la curva norte de la pared del estadio, le rodearon y, de súbito, el acusado le asestó la fatal cuchillada. El Movimiento contra la Intolerancia mantiene que, tras el altercado del bar, Guerra persiguió en un coche a Aitor y, al llegar a su altura, se apeó de él, junto con otros amigos, y le clavó la navaja.
El abogado de la defensa, Emilio Rodríguez Menéndez, expondrá hoy su informe final en el que pedirá la absolución de Guerra "por falta de pruebas".
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