El humor negro de 'El verdugo' se sube a un escenario de la mano de Juan Echanove
"Es acojonante" y "Juan, ¿tú lo haces así todos los días?". Fueron las dos únicas frases que acertó a decir el guionista Rafael Azcona tras ver los ensayos de El verdugo. Precedida por el éxito en Barcelona y Zaragoza, la versión teatral de la mítica película de Luis García Berlanga llega a Madrid, donde se estrenará mañana. Tanto Berlanga como Azcona han resaltado que esta obra, dirigida por Luis Olmos e interpretada por Juan Echanove, Luisa Martín y Alfred Lucchetti, mantiene todo el humor negro, el drama y la comedia de uno de los mejores filmes del cine español.
Luis García Berlanga nunca ha visualizado una película antes de rodarla. Pero El verdugo fue una excepción. Un abogado le describió la terrible víspera de la ejecución de Pilar Pradas, la última mujer ajusticiada por garrote vil en España. Fue en Valencia, en mayo de 1959. Tres años después, Berlanga dirigía la película El verdugo, que muchos aficionados consideran como una indiscutible obra maestra del cine español. De aquel tenebroso relato del ajusticiamiento de Pilar Pradas, lo que más impresionó al realizador valenciano fue la vigilia del verdugo, que se sumió en una depresión total y tuvo que ser animado y consolado al amanecer, cuando llegó la hora de cumplir su cometido."Imaginé", comentó recientemente Berlanga en una tertulia pública con el actor Juan Echanove, "una inmensa sala blanca con dos grupos de personas que caminaban separados mientras auxiliaban tanto a la condenada como al verdugo". De ese suceso histórico, de la genialidad del cineasta y de la colaboración de Berlanga y Azcona en el guión nació, a principios de los sesenta, El verdugo, que fue premiada en el Festival de Venecia de 1963.
Ahora, casi 40 años después, gentes del teatro han decidido trasladar de la pantalla a las tablas este original y brillantísimo alegato contra la pena de muerte. Ya representada con éxito en Barcelona y en Zaragoza, El verdugo llega mañana al teatro de La Latina. En el citado coloquio entre Berlanga y Echanove, ambos coincidieron en destacar el humor negro como el principal ingrediente de esta historia. "Hay muchas buenas películas y obras teatrales sobre la pena de muerte", señaló Echanove en aquella ocasión, "pero el sentido del humor otorga a El verdugo un carácter único y universal al mismo tiempo. He observado en las representaciones que los espectadores se ríen en distintos momentos de la función. Pero, cuando abandonan el teatro, de pronto exclaman: 'Hostia, de qué historia más terrible acabo de reírme".
Poco dado a emocionarse como espectador de cine o de teatro, Berlanga ha manifestado que se sintió conmovido al ver la representación teatral de El verdugo. Echanove ha recordado, por su parte, el miedo inicial a que los jóvenes no captaran la historia, una parábola sobre la pena de muerte y la lucha por la vida que trasciende sin duda un tiempo y un país concretos, pero que está ambientada en la mísera España del franquismo. Luis García Berlanga subrayó las escasas narraciones que han pasado del cine al teatro -a diferencia del camino contrario, mucho más habitual- y confesó que le parecía mucho más difícil dirigir teatro que cine. "De todos modos", añadió, "mi cine es muy teatral y muy teatrero".
En la misma idea abundó ayer Rafael Azcona, que compareció en una conferencia de prensa en el teatro junto a algunos actores del reparto, que encabezan Juan Echanove, Luisa Martín -la Juani de Médico de familia- y Alfred Lucchetti, quienes encarnan los papeles que en la pantalla interpretaron Nino Manfredi, Emma Penella y Pepe Isbert, respectivamente. Bernardo Sánchez, adaptador de la película al teatro, calificó de fácil su trabajo, "porque manejaba un Chéjov", y definió la historia como "una fábula negra universal". Cuatro décadas después, el humor negro de El verdugo sigue vivo. Hoy, encima de unas tablas.
El verdugo. Teatro de La Latina, plaza de la Cebada, 2; metro Latina. Desde mañana. De 2.500 a 3.500 pesetas. Horarios en cartelera.
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