El Valencia se descuelga

VALENCIA 2-MÁLAGA 2Cuando todo Valencia se despedía hasta el martes con la victoria en el bolsillo, cuando el mismo Málaga daba por segura su claudicación, entonces, en el último minuto, el árbitro señaló un penalti supuestamente cometido por un empujón de Òscar a Rufete en la lucha por un balón aéreo. Mestalla montó en cólera. Rugió contra Iturralde. El empate, muy merecido por el cuadro de Peiró en el primer tiempo, se antojó injusto en este segundo periodo, en el que el Valencia había mostrado más ambición y puntería que su rival. Sobre todo Angulo, ese chico para todo que tan provechoso resultó el pasado año, y que ayer reapareció en Mestalla para encauzar una cita que parecía resuelta. La indignación de la grada con el árbitro venía de atrás, de cuando Darío Silva le dio una patada terrorífica a Björklund en el cuello y el defensa sueco tuvo que abandonar el césped ante la mirada complaciente del árbitro, que ni siquiera amonestó al delantero uruguayo.El conjunto de Peiró se fugó tras el descanso y el Valencia se impuso en el juego por ambición. Antes, frente a un centro del campo descuartizado por las bajas de Mendieta y Farinós el Málaga lo había aprovechado. El Valencia jugó a latigazos. Una carrera aquí del Piojo; un remate allá de Òscar. Poca cosa para un equipo a punto de entrar entre los ocho mejores clubes de Europa. A pesar de lo cual, sus ocasiones de gol fueron diáfanas. ¿Por qué? Porque la calidad de sus hombres de ataque es incuestionable. Y también porque la zaga malacitana no es precisamente su fuerte, sino más bien un coladero.

La superioridad del Valencia en la segunda parte se fue al garete precisamente cuando el Málaga estaba ofreciendo su peor versión, cuando ya nadie daba un duro por él. Entonces apareció Iturralde González y pitó un penalti que levantó al Málaga y fundió al Valencia.