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Salvar un campo sembrado de sal

La debacle electoral sufrida por los socialistas el pasado domingo ha puesto en marcha una nueva dinámica para intentar recuperar un campo sembrado de sal llamado PSPV. Sobre ese campo, se han iniciado tres tipos de movimientos. Los partidarios de Ciprià Ciscar intentan mantenerse al timón de la maltrecha nave socialista y, fundamentalmente, desde las áreas de Organización conducir el PSPV hasta su próximo congreso para garantizarse la mayor cuota de poder. El enrocamiento de la gestora del PSPV y los paños fríos a unos resultados que han situado a los socialistas en el escenario de 1979 se justifican en la legitimación de unas decisiones que fueron adoptadas por la dimitida ejecutiva federal y su responsable de Organización, que no ha descartado nunca su voluntad de aspirar a la secretaría general de la federación.Frente a los afines a los postulados de Ciscar, se ha situado una mayoría crítica de quienes en su día apoyaron las tesis de Joan Romero, Antoni Asunción y Joan Lerma. En esta ocasión, quienes formaron parte de las citadas sensibilidades pretenden no repetir errores pasados y coinciden en una cuestión básica: la necesidad de ventilar el partido, considerar a la militancia como mayor de edad y garantizar la transparencia y el funcionamiento democrático de la organización. Su principal déficit es la ausencia de un liderazgo claro. Sin embargo, los representantes de estas sensibilidades están dispuestos a abordar la cuestión con mayor serenidad que en el proceso precongresual de septiembre, que se tradujo en la elección de un efímero, y errante Joan Ignasi Pla como secretario general. Representantes de las sensibilidades críticas con la gestora del PSPV coincidieron ayer en reclamar que no se vuelvan a imponer decisiones desde órganos que, a su entender, carecen de la legitimidad en las bases y que invalidaron órganos elegidos en congreso, como el comité nacional.

En medio de estas dinámicas, Macià ensaya, desde su poder orgánico en Elche y la presidencia de una gestora en la que convive con los afines a Ciscar, un tercer movimiento en el que configurar un conglomerado con dirigentes comarcales alineados en su día con Romero y Lerma que devuelva el PSPV a sus esencias y proponga a las bases una nueva dirección cocinada antes del congreso.

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