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Entrevista:ÓSCAR FREIRE - CICLISTA

"El recorrido de la Milán-SanRemo se me puede dar muy bien"

Carlos Arribas

Cuando nadie contaba con él ganó el Mundial de fondo en carretera. Ahora, unos meses después, Oscar Freire (Torrelavega, 1976) ha cambiado de equipo -se ha ido del Vitalicio al Mapei italiano-, ha ganado dos etapas este año (una en Mallorca y la otra en Valencia) y afronta dentro del grupo de favoritos la temporada de clásicas, incluida la más importante de ellas, la Milán-San Remo. Pregunta. ¿Cuál ha sido el gran cambio?

Respuesta. Ahora voy más mentalizado, voy con más confianza. Se podría decir que es por la victoria en Mallorca, en la primera carrera del año, pero antes también iba con confianza y no me salían las cosas como me están saliendo ahora.

P. El Mundial, entonces, te confirmó lo que tú ya sabías, que eras buenísimo pero que nadie lo veía.

R. Sobre todo los directores deportivos y los ciclistas que estaban allí siempre, encima, sabían que yo podía dar bastante de mí y hacer buenas carreras, pero, claro, tanto como para ganar un Mundial no lo pensarían.

P. ¿Su cambio de equipo, pasar al Mapei, le ha supuesto también un cambio en la preparación física, en la rutina?

R. Sí, un poco, he empezado más despacio que otros años y creo que estoy mejor que el año pasado, porque entre otras cosas, el año pasado sólo empecé a entrenarme una semana antes de Mallorca por causa de una lesión y este año he podido entrenarme bien, y como cojo muy rápido la forma pues estoy andando bastante bien.

P. Eso es síntoma de ser ciclista de clase, dicen, o de ciclista joven.

R. Yo no sé... A mí nunca me cuesta coger la forma. Encima, el año pasado, más que entrenarme con vistas al largo plazo hice todo lo contrario, me acostumbré a coger la forma rápido, porque cogía la bici un mes, la dejaba otro mes, la cogía otro mes... y creo que así lo que entrené fue la forma de coger la forma rápido.

P. Sigue viviendo y entrenándose en Torrelavega y el Mapei es un equipo italiano. ¿Cómo se comunica? ¿Cómo es la cosa?

R. Hay un preparador único para todos, que se llama Aldo Sassi, y nos manda por fax a todos los corredores los planes de entrenamiento. Y si hay temporadas en que se me acaban los entrenamientos pues me los hago yo por mi cuenta. Eso me pasó la semana pasada, pero como estuve malo y no me entrené pues no hubo problema.

P. ¿Cómo ha sido la entrada en el Mapei, un megaequipo repleto de vacas sagradas?

R. Pues bastante buena. Los demás, claro, necesitaban tener la confianza de que yo no era sólo el campeón del mundo, sino que lo tenía que demostrar en otras carreras. Y hasta ahora, muy bien. En todas las carreras que hemos corrido todos hemos tenido oportunidades. Y la cosa va muy bien.

P. ¿Hay química con los italianos? ¿Veis la vida igual y eso?

R. Sí, es muy parecida su visión a la española, y la de los belgas también. Yo pensaba que iba a ser una mentalidad diferente, y, sin embargo, parece que se han acostumbrado a la vida del sur, huyendo del clima gris, y por eso son parecidos a nosotros.

P. ¿Y sus relaciones con los líderes de toda la vida, con Museeuw, con Bartoli, corredores con los que, además, comparte objetivos, las clásicas?

R. No, nos hacemos la competencia. En carrera, al contrario, nos ayudamos mucho entre nosotros. Normalmente vamos más en grupo que otros equipos, vamos más cerca unos de otros que los españoles, por ejemplo, y cuando hay peligro de que pueda haber un corte nos echamos más una mano entre nosotros. Y a la hora de llegar a meta y eso, pues unas veces hay que trabajar para unos y otras para otros. A mí por ahora no me ha tocado trabajar.

P. Dará gusto, entonces, poder aprender así de todo lo que saben, ¿no?, de la veteranía de Museeuw...

R. Sí, claro. El otro día, en la Luis Puig, iba mal colocado al final, y cuando quedaba kilómetro y medio, Museeuw me pegó un grito para que fuera detrás de él y me pasó para delante. Luego él atacó, pero quedaba la última curva y se le hizo bastante largo.

P. Empezarán a hablar de las clásicas y eso.

R. En este equipo se habla siempre de las clásicas. Ya desde antes de empezar las carreras ya se hablaba de la Milán-San Remo... Antes, en el Vitalicio, bueno, en todos los equipos de España, no se suele hablar, se habla de las vueltas. Así se ve que la mentalidad es diferente. Aquí todo el mundo piensa en la Milán-San Remo y en el Vitalicio la mayoría no tenía ni interés por ir. Cambia mucho la mentalidad.

P. ¿Conoce ya el recorrido de la San Remo, el Poggio y demás?

R. No, todavía no. Supongo que cuando vayamos a la Tirreno me acercaré a verlo, creo que es muy importante.

P. ¿Conoce a un español llamado Miguel Poblet?

R. Sí. Ha ganado un par de ellas, ¿no?

P. ¿Y?

R. A ver si le supero.

P. ¿Cree que puede ganarla este año?

R. Posibilidades tengo las mismas que los demás. Es un recorrido que se me puede adaptar muy bien, aunque quizás me falta la experiencia de haber corrido una antes, por lo menos, porque muchas veces he corrido alguna clásica estando bien, pero luego entras mal colocado en un sitio que no conoces y por muy bien que estés no puedes hacer nada. Y ésa es la incógnita. Pero por preparación y por lo larga que es la carrera se me va a dar bien.

P. ¿Será usted el líder del equipo en la carrera?

R. No lo sé, pero supongo que habrá dos o tres ciclistas protegidos: Museeuw, Bartoli, Steels, yo...

P. Mucha gente dice que eres un corredor muy parecido a Jalabert, pasas la montaña, esprintas bien...

R. No sé, no sé. El primer año me comparaban con Etxebarria, y yo.... Ahora me comparan con Jalabert... voy subiendo escalones. Eso quiere decir que voy subiendo escalones. Espero algún día llegar a ser como él, y si se puede mejor, mejor todavía. Pero hasta ahora Jalabert, para mí, es el número uno, y eso dice también la UCI.

P. Jalabert es ambición pura. ¿Tiene usted la misma gana de ganarlo todo?

R. Sí, nuestra mentalidad es muy parecida, aunque, je, je, a él le van mejor las piernas. Pero la mentalidad...

P. Se está usted convirtiendo en un fenómeno de masas. En la salida de las carreras atrae a todo tipo de personas, a mucha mujer madura...

R. Después de quedar campeón del mundo lo noté mucho, pero he levantado todavía más expectativas después de ganar en Mallorca, y cuando el otro día quedé segundo, fue increíble. Parecía que había ganado yo, en vez de Zabel.

P. ¿Se ha planteado algún objetivo único para el resto de su carrera, algo que al conseguirlo le haga decir 'ya soy feliz como ciclista'?

R. Hombre, eso ya lo he conseguido, pero ahora, lo que me gustaría ser algún día es número uno de la UCI. Porque todos dicen que el Tour, el Giro, la Vuelta... Pero yo creo que el mejor corredor del mundo es el número uno de la UCI, que distingue la regularidad en todo el año. No se puede uno estar preparando para ganar el Tour, porque, sí, es muy importante, y la gente lo valora mucho, pero, no es porque sea más difícil, pero me gustaría más ser el número uno de la UCI porque quiere decir que es todo el año.

P. No parece usted español, no piensa en las grandes vueltas...

R. Sí, en España parece que sólo se cree en quien gana el Tour, pero yo valoro más a un número uno de la UCI que a un ganador del Tour.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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