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Jesús Gil asegura que la mitad de las acciones del Atlético de Madrid pertenecen a su mujer

El ex presidente del Atlético de Madrid Jesús Gil, y su esposa, María de los Ángeles Marín, negaron ayer ante la juez de la Audiencia Nacional Teresa Palacios haber incurrido en un delito de alzamiento de bienes al otorgar capitulaciones matrimoniales. Aseguran que las acciones del Atlético de Madrid traspasadas a la sociedad familiar Promotora Inmobiliaria Alhambra se encuentran en ésta desde 1995. La juez dio un plazo de 48 horas a la mujer de Gil, administradora única de la sociedad, para que aclare quiénes son los propietarios de las acciones del club.El pasado viernes, la juez de la Audiencia Nacional imputó a Jesús Gil y a su mujer un delito de alzamiento de bienes a instancias del fiscal, cuando éste tuvo constancia de que el 85% de las acciones del Atlético de Madrid, propiedad de Gil, fueron registradas a nombre de Promotora Inmobiliaria La Alhambra, SA en 1995, y de que tras la presentación de la querella el matrimonio otorgó capitulaciones de separación de bienes lo que, según la juez, podría hacer ilusorias las medidas cautelares del juzgado.Régimen de gananciales

Según el catedrático Horario Oliva, que dirige la defensa de Gil, el problema con el que se ha encontrado la acusación es que el 50% de las acciones del Atlético pertenecen a la mujer de Jesús Gil, ya que el matrimonio se celebró en régimen de gananciales. En 1995, las acciones del Atlético se inscribieron en la sociedad de reagrupamiento de capital Alhambra, y han estado ahí desde entonces: "Las acciones son del matrimonio, pero la mitad de ellas no se pueden embargar porque son de su mujer, que no tiene nada que ver en la causa", dijo Oliva.

El abogado insistió en que tampoco puede haber delito de alzamiento de bienes porque cuando el juez Manuel García-Castellón decretó el embargo de las acciones del club no pidió que Gil afianzase los eventuales perjuicios a terceros, y en la causa no hay acreedores. Añadió que Gil no era insolvente, pero no se le pidió que afianzase los 9.000 millones de pesetas que el fiscal le imputa haber estafado.

A la salida del juzgado, Jesús Gil explicó que la titularidad de las acciones del Atlético a nombre de Alhambra fue puesto en conocimiento del Consejo Superior de Deportes. Añadió que decidió la separación de bienes a partir del momento en que el juez de Marbella ordenó su ingreso en prisión. Las capitulaciones comenzaron a redactarse en enero de 1999 pero no se pudieron otorgar hasta octubre, días después de que el fiscal presentase la querella contra él.

La citación a su mujer hizo que Gil se mostrase indignado, y en ocasiones hasta insolente, con la juez. Según fuentes de las acusaciones, cuando ésta le preguntó por qué hizo administradora única de Alhambra a su mujer, Gil explotó: "Porque me ha dado la gana".

Frente a la versión del matrimonio, el fiscal Carlos Castresana mantuvo que existen indicios de alzamiento de bienes, ya que Gil dijo en su declaración que todas las acciones del Atlético le pertenecían y nunca mencionó que las hubiera traspasado a Promotora Alhambra o que el 50% fueran de su mujer. Respecto a que el traspaso de acciones a Alhambra figuraba en el "libro registro" del club, el fiscal afirmó que el traspaso aparece sin fecha.

El fiscal pidió que María Ángeles Marín, como administradora única de Alhambra, emita los títulos correspondientes a las acciones, que por ahora sólo aparecen en la escritura de constitución del Atlético en sociedad anónima, y los lleve al juzgado. La juez dio 48 horas a la defensa para alegaciones.

Por otra parte, la defensa de Gil ha pedido que la administración judicial se sustituya por una intervención, para poder reestructurar la plantilla "lo que deben hacer los gestores y no un funcionario público", dijo en alusión a Luis Manuel Rubí.

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