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Almunia y Frutos proclaman que su "pacto es para gobernar" y señalan el nerviosismo del PP

Anabel Díez

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El pacto de la izquierda se ha consumado. Joaquín Almunia y Francisco Frutos, máximos representantes del PSOE y de IU, proclamaron ayer el sentido del acuerdo que firmaron anoche: gobernar. "El acuerdo es para llegar a La Moncloa", dijo Almunia, mientras Frutos reclamaba el apoyo de los electores para "gobernar desde la izquierda". Ambos resaltaron el "nerviosismo de la derecha" por esta alianza, que desean que vaya más allá de las elecciones del 12-M, pese a las "contradicciones y diferencias" que les separan y que están dispuestos a superar sin dejar de defender sus propias personalidades.

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Como en la película Casablanca, Frutos y Almunia confiaban en que el pacto constituya "el principio de una gran amistad". El líder del PSOE defendió la claridad de su acuerdo y preguntó al presidente del Gobierno, José María Aznar, con quién va a pactar y qué intereses defiende.Ante las planas mayores de ambas formaciones y, sobre todo, aclamados por unas 3.000 personas que acudieron al Palacio de Cristal de la Arganzuela, en Madrid, Frutos y Almunia sellaron un acuerdo histórico entre dos fuerzas políticas que desde el principio de la democracia han mantenido relaciones difíciles, cuando no hostiles. La escenografía estuvo pensada exclusivamente para asegurar que en todo momento quedara claro que ambas fuerzas estaban en pie de igualdad y ninguna prevalecía sobre la otra.

Escenario desnudo

Ni lemas, ni carteles, sino un escenario desnudo de símbolos y militantes de una y otra fuerza política mezclados. La música escogida estaba cargada de significado: la banda sonora de la película italiana Novecento, compuesta por Ennio Morricone. Los organizadores eligieron la pieza La apertura de la caza que sonó con fuerza en los tres minutos que, bajo miles de aplausos, tardaron ambos líderes en firmar los pliegos del acuerdo programático, de investidura y para concurrir juntos al Senado.

Aunque la igualdad presidió todo, el hecho de que el PSOE sea el partido mayoritario de la izquierda permitió que las palabras de Almunia cerraran el acto, después de hablar Frutos.

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Los dos políticos se pusieron enseguida a ras de tierra dejando claro que durante la campaña, y también gracias al efecto de este pacto, no van a hacer demasiadas concesiones a la retórica sino que van a denunciar la gestión del Gobierno actual para, inmediatamente después, ofrecer sus propuestas sobre empleo, educación, sanidad, vivienda, juventud, pensiones, ecología...

La violencia xenófoba desatada el fin de semana en El Ejido (Almería) sirvió a ambos políticos para alertar sobre el "vendaval fascista" que se cierne sobre Europa y que ambos se aprestan a combatir. "Hoy me siento inmigrante magrebí de El Ejido", exclamó Frutos en medio de una atronadora ovación.

"Este acuerdo es para gobernar", proclamó Almunia sin ambages tras citar en un par de ocasiones el Palacio de la Moncloa como nueva casa de "los progresistas" a partir de las elecciones del 12 de marzo. "Hay que llevar el pacto hasta sus últimas consecuencias, ganando las elecciones". Frutos no quiso quedarse atrás, aunque con un tono menos triunfalista y queriendo destacar su interés de que el triunfo electoral tiene como objetivo "gobernar desde la izquierda". "El pacto tiene que ir más allá de las elecciones, es sólo un primer pasom hay que ir más allá, y lo vamos a defender con lealtad", proclamó el candidato de Izquierda Unida.

Frutos y Almunia, políticos que por su personalidad no acostumbran a utilizar recursos para enardecer al auditorio, comprobaron ayer que no lo necesitaban porque el público, con sus constantes aplausos, mostraba su apoyo entusiasta al histórico acuerdo logrado en sólo diez días. "Quizá tengan razón los que dicen que podíamos haberlo propuesto antes", reconoció Almunia. De haber sido así, tal vez se podría haber logrado una coalición electoral para determinadas provincias de manera que no se desperdiciaran los votos de IU que nunca se han traducido en escaños.

Que no se confíen

"Era el pacto posible", reconoció Frutos, que no lo minusvaloró y advirtió a los que lo llaman "pactillo" que no se confíen porque llevará a la izquierda al poder. Ambos quisieron destacar la autonomía, "desde el respeto", de la que ambos harán gala durante la campaña electoral, lo que supone la defensa de posiciones propias que no entran en el pacto, como la OTAN.

Conforme a la personalidad de los dos cabezas de lista de la izquierda, tímida según los que les conocen, no hubo abrazo sino un largo apretón de manos en una imagen que, previsiblemente, no se repetirá en toda la campaña electoral.

Para preceder a los discursos de ambos dirigentes se eligieron a personas del arte y de la cultura del mundo de la izquierda. La escritora Lourdes Ortiz reconoció que hasta el pacto no estaba ilusionada por la posibilidad de votar, pero ahora sí. No aclaró a cuál de los dos. Las actrices Marta Belaustegui, Pilar Bardem y Maria José Goyanes apoyaron el acuerdo desde el atril, así como el cantaor José Menese. "El futuro es nuestro", animó Belaustegui. Entre el público estaba el Gran Wyoming, Charo López y Neus Asensi.

Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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