Los inversores amenazan con irse si Puerto Triana no se aprueba en un mes
La paciencia de inversores extranjeros y españoles se acaba. El gran proyecto comercial, cultural y de ocio para el sector sur de la Isla de la Cartuja, Puerto Triana, que prevé una inversión de 21.680 millones de pesetas, sigue pendiente de que el Ayuntamiento recalifique los terrenos afectados. Una recalificación que cuenta con el consenso de todos, excepto IU, pero que no termina de llegar. Los responsables del proyecto advierten que podrían abandonarlo si no se aprueba en el plazo de un mes.
José Luis Manzanares, presidente de Ayesa -una de las sociedades, junto con la Caja San Fernando y el Monte, integradas en Puerto Triana- confía en que en el próximo consejo de gobierno de la Gerencia Municipal de Urbanismo se apruebe inicialmente la modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana necesaria para la puesta en marcha del proyecto comercial y de ocio. "De no ser así, los operadores interesados en invertir en esta iniciativa podrían desesperarse y marcharse", comentó ayer Manzanares.Los operadores a los que se refirió el presidente de Ayesa son los inversores canadienses de Trizecs Hahn, una empresa dedicada a explotar parques de atracciones y zonas de ocio. Este grupo pretende hacerse con el 60% de la propiedad del complejo y darle su sello. Puerto Triana no pone inconveniente siempre que pueda controlar que la fisonomía del centro comercial y de ocio no pierda una imagen típicamente mediterránea y esté en armonía con el entorno urbano en el que se localizaría.
Manzanares fue un poco contradictorio al expresar sus temores a que estos inversores se marcharan. Por un lado afirmó que nada cambiaría pues, si se marcha Trizecs Hahn, hay muchas otras compañías internacionales deseando participar en el proyecto. "Hay mucho más interés por Puerto Triana entre potenciales inversores extranjeros que en la propia Sevilla", se lamentó el presidente de Ayesa. El directivo comentó luego, en cambio, que si los canadienses se aburren en un mes quizás ellos no aguanten mucho más en esta situación.
Manzanares, en cualquier caso, no cree que haya que esperar tanto. Cuenta con que los grupos mayoritarios en el Ayuntamiento de Sevilla (PSOE, PA y PP) han manifestado ya su voluntad de que el proyecto salga adelante y con que la Administración autonómica, cuya autorización previa es necesaria, aplaude la idea, aunque todavía no conoce sus términos concretos.
Si Puerto Triana recibe la próxima semana la aprobación inicial de la Gerencia Municipal de Urbanismo para que se lleve adelante la modificación puntual del PGOU, las obras podrían comenzar en octubre próximo y el proyecto estaría en funcionamiento en la primavera del 2002, "con un año de retraso sobre nuestras previsiones iniciales", matizó Manzanares.
1.500 empleos directos
El complejo, una vez en funcionamiento, espera generar 1.500 empleos directos y un flujo económico anual de 40.000 millones de pesetas. La superficie final construida será de 66.000 metros cuadrados (6.000 menos de los inicialmente previstos por los promotores).
José Luis Manzanares destacó que el complejo no tendrá grandes superficies comerciales. El proyecto está diseñado para contener 12 tiendas medianas -lo que Manzanares llamó "locomotoras", comercios muy conocidos "que atraigan al público"- y 76 parcelas más pequeñas que podrían albergar hasta 150 tiendas. La intención de Puerto Triana es que este espacio para el pequeño comercio sea gestionado de forma coordinada con las asociaciones sevillanas de comerciantes y que sean sus asociados los que tengan preferencia para instalarse en el centro.
La zona de ocio estaría formada por 24 salas de cine, que integrarían la sala Omnimax que ya existe en la zona, y una amplia zona de bares y restaurantes. El complejo también integraría al pabellón de la navegación que sería un museo con contenido aún por determinar.
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