Villalonga prescinde de Juan Perea como primer ejecutivo de Terra y elige a un directivo de TPI
El presidente de Telefónica, Juan Villalonga, prescindió ayer de Juan Perea, artífice del lanzamiento de Terra, la filial de Internet, y uno de sus hombres de confianza cuando desembarcó en la compañía en 1996. Fuentes de Telefónica aseguran que Perea había discrepado del nombramiento de Abel Linares como director general de Terra. La crisis afecta a Andrés Tejero, responsable de recursos del grupo, para el que se apunta un nuevo destino.
Junto a Juan Perea deja también el Grupo Telefónica José Antonio Sánchez, el hombre en el que confió Juan Villalonga para mejorar su imagen pública y las relaciones institucionales y ahora ocupaba el cargo de director general de Terra. Según la nota difundida ayer por Telefónica, Perea y Sánchez "han decidido reorientar su carrera profesional fuera del grupo Telefónica". Hace sólo unas semanas, Perea abandonó también el consejo de administración del grupo, donde se sentaba desde su llegada a Telefónica.Fuentes de la compañía aseguraban ayer que la nueva crisis en la primera empresa española afectará también a Andrés Tejero, responsable de la gestión de compras y recursos del Grupo Telefónica, del diseño de las polémicas opciones sobre acciones (stock options) para directivos y amigo personal de Villalonga desde la infancia. Fuentes de la compañía apuntaban desde hace meses que Tejero (hijo del director general del Banco Central asesinado por ETA) se dedicaría a gestionar en EEUU el fondo de inversiones Onix de Telefónica. También se le coloca en la nueva DataCorp.
Juan Perea entró en Telefónica de la mano de Juan Villalonga en el verano de 1996. Inicialmente, fue el responsable del área de planificación estratégica del grupo. Después, fue enviado por Villalonga a Telefónica Internacional (TISA) para sustituir a Marcial Portela en su papel de administrador de las filiales latinoamericanas. Perea encontró enormes dificultades para hacerse con los mandos en TISA y Villalonga, con quien trabajó en Bankers Trust, le envió a Telefónica Interactiva, el embrión de lo que hoy es Terra Networks. Perea convirtió Terra en un milagro bursátil: su valor se triplicó el primer día de cotización, el 17 de noviembre pasado, y a los pocos días su capitalización en el mercado era la misma que tenía Telefónica cuando Villalonga llegó a la compañía. Hoy, Terra tiene un valor bursátil de 4,6 billones de pesetas, frente a los 1,7 billones que valía en noviembre.
Fuentes de la compañía afirmaron anoche que Perea ha sido víctima de su propio éxito porque, desde la salida a bolsa de Terra, ha lanzado una agresiva estrategia de crecimiento mediante compras y alianzas que, en ocasiones, ni siquiera han contado con la aprobación previa de Villalonga. Para intentar frenarlo, Villalonga, que ha elegido la filial de Internet como una de las pocas en las que se mantendrá como presidente, decidió nombrar a Abel Linares, consejero delegado de TPI-Páginas Amarillas, como director general de Terra. Esta elección no ha sido del agrado de Perea, para quien se trata de un paso para la integración de Terra, TPI y Telefónica Media, a la que se ha opuesto. La polémica sobre opciones sobre accciones (stock options) para directivos de Telefónica y Terra y los privilegios para Martín Velasco, consejero de Telefónica y amigo de Villalonga, también distanciaron a Perea de su presidente.
La compañía vive en constante agitación. También se ha modificado el área de planificación estratégica. El responsable, Julio Linares, preside Telefónica de España, y su equipo queda a las órdenes de Manuel Echanove, que se ocupaba del área de empresas. Linares tendrá que hacer su propio equipo, ya que Luis Martín de Bustamante, se ha llevado a la nueva Telefónica Móviles a su gente en la filial de fija.
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